El castrismo sigue vigente a un año del “relevo” en Cuba
LA HABANA (EFE). El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, cumplió un año en el cargo, pero bajo la sombra de Raúl Castro (87), en un periodo marcado por las renovadas tensiones con EE.UU. y por el agravamiento de la economía de la isla, que se prepara para enfrentar la peor crisis.
Con el fantasma del duro “periodo especial” de los noventa planeando sobre los cubanos y una nueva andanada de sanciones anunciadas por Washington esta semana, será probablemente un aniversario de pocas celebraciones para este ingeniero electrónico convertido por el castrismo en el primer gobernante civil de la isla.
El 19 de abril de 2018, el dictador Raúl Castro, tras una década en el poder en el que sucedió a su hermano Fidel, pasó el testigo a un civil por primera vez en medio siglo, aunque sin soltar las riendas del todopoderoso Partido Comunista (único legal), que liderará hasta 2021.
Díaz-Canel asumió el poder garantizando continuidad y escenificando un relevo generacional que para los críticos supuso una pantomima, dado el poder que aún acumulan los octogenarios comandantes de la “Revolución” que siguen en activo.
Sin embargo, el nuevo mandatario ha exhibido un estilo diferente con constantes apariciones públicas.
Para el analista cubano-americano Arturo López-Levy, profesor de la Universidad de Minesota, de este periodo destaca la reforma de la Constitución, que abre las puertas a los “cambios económicos imprescindibles para hacer funcionar el modelo de economía mixta planteado por el PCC”.
La nueva Carta Magna no incluye cambios políticos pero reconoce la propiedad privada, una apertura tan controlada por el PCC que no acaba de dar frutos.
El país se prepara para enfrentar apuros económicos, un panorama reconocido por Castro y Díaz-Canel, y causado por la crisis en Venezuela –principal socio de Cuba–, las nuevas sanciones de Washington, la ineficiencia del sistema empresarial estatal y desastres naturales.
Además, el presidente cubano enfrenta el enfriamiento de las relaciones con EE.UU., agudizada por el hecho de que Washington acusa a La Habana de sostener al dictador venezolano Nicolás Maduro en el poder.
Se suman los dramas humanos: un accidente aéreo en La Habana costó la vida a 112 de los 113 ocupantes de un vuelo de Cubana de Aviación.
También afrontó otra tragedia en febrero, cuando un fuerte tornado devastó varios barrios de La Habana dejando siete muertos.
Además de desvelar su faceta familiar, Díaz-Canel se convirtió en el primer presidente “tuitero” de Cuba, en una apuesta por la ampliación del acceso a internet que propicia un escenario inédito: el de los ciudadanos interactuando directamente con el presidente, unos para felicitarle y otros para pedirle cuentas de los problemas del país.