Atado, vendado e incomunicado

“Yo no creí. Jamás pensé que me iban a llevar”, expresó Arlan Fick al recordar el momento en que fue capturado por los miembros del Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP) el 2 de abril del 2014, en la localidad de Paso Tuyá, distrito de Azotey.

En aquel entonces el adolescente tenía 16 años. Tras 267 días de cautiverio, Arlan fue liberado el 25 de diciembre de ese mismo año, en horas de la noche, previo pago de un rescate de 500.000 dólares.

Habló de ello en la entrevista con la psicóloga forense Rosely Bogado, en la cámara Gesell, el 18 de mayo del 2015, cuyo video se exhibió en el juicio oral y público. Esta declaración, hecha a modo de anticipo jurisdiccional de prueba, fue considerada suficiente por el tribunal de sentencia presidido por Fulvio Salinas. El colegiado resolvió prescindir de la declaración de Arlan, para evitar su revictimización.

En su declaración, Arlan recordó que si bien no fue objeto de apremios físicos, sufrió tortura psicológica al permanecer atado, vendado, con advertencias de que estaba rodeado de bombas y sin poder contactar con su familia.

“Tranquilizate bien, no te vamos a matar. Tu papá va a cumplir con nosotros. Comportate bien, y no te va a pasar nada. No intentes escapar, que va a ser peor para vos”, le dijo el primer día uno de los miembros del grupo de secuestradores, integrado por hombres y mujeres.