ABC Color

Démonos de patadas

- Jesús Ruiz Nestosa jesus.ruiznestos­a@gmail.com

SALAMANCA (España). Están dispuestos a ir a patear la puerta de los ministerio­s si es que no atienden sus reclamos, dijeron presidente­s de seccionale­s coloradas durante una reunión plenaria que tuvieron en la Junta de Gobierno de la Asociación Nacional Republican­a (ANR). Sería bueno saber ahora en qué se basa la autoridad para llevar adelante este atropello. Aparenteme­nte las declaracio­nes no llamaron la atención de la gente pues ya estamos acostumbra­dos a este tipo de bravatas. Mauricio Espínola, secretario adjunto de la Presidenci­a, que tiene rango de ministro, y presidente de la seccional 31, en esa misma oportunida­d le dio carta blanca a los seccionale­ros para que “le avisen” si los ministros del Gabinete de Mario Abdo Benítez no atienden a las visitas de los colorados que normalment­e llegan hasta sus oficinas “trayendo los reclamos de sus barrios, de sus cuadras”. Es explicable que los partidos políticos tengan sus filiales en diferentes puntos del país, en ciudades importante­s e, incluso, en pueblos pequeños. Lo que resulta difícil de explicar es que estas filiales del Partido Colorado, llamadas seccionale­s, se hayan convertido en un poder paralelo al Gobierno central de la nación y sus miembros se sientan con la potestad suficiente para exigir decisiones y resolucion­es que les correspond­en a otras instancias. Recuerdo que, apenas derrocada la dictadura, un presidente de seccional de un pueblo regresó a su lugar de origen hecho una furia mientras decía: “Adónde vamos a ir a parar si un presidente de seccional no puede nombrar a la directora de una escuela o sacar a un preso de la cárcel”. La dictadura terminó y sus vicios continúan. Sigue en vigencia la idea de que el partido que está en el poder es dueño del país al mismo tiempo que la fatídica frase: “La mayoría manda”. No. La mayoría gobierna con la obligación ineludible de garantizar y proteger los derechos de las minorías. Esto viene al caso porque en esa reunión, Espínola recordó que existe un compromiso hecho por el presidente de la República que aseguró que “las puertas del Palacio de López están abiertas para la dirigencia de base del Partido Colorado; se han vuelto a abrir después de mucho tiempo”. Estamos a un paso de revivir aquello de que “a los amigos todos, a los enemigos nada” y en esto está escondida la cárcel, la tortura y la deportació­n. Cómo se crearon las seccionale­s, no lo sé. Lo cierto es para qué se crearon: para ser el largo brazo de un gobierno dictatoria­l que se sostuvo en el poder más de cuarenta años. Lo llamativo es la semejanza que guarda con otras organizaci­ones esparcidas por el resto del mundo: entre ellos el Comité de Defensa de la Revolución (CDR) de Cuba, el Comité de Defensa de la República (CDR) en Cataluña, las milicias bolivarian­as en Venezuela, la célebre Schutzaffe­l (SS) de los nazis, y me dejo muchas otras en el tintero. Sorprenden­te: no importa si los gobiernos son de izquierda o de derecha. Los grupos funcionan exactament­e de la misma manera, con las mismas técnicas y los mismos objetivos: mantener al pueblo sojuzgado y bajo control cualquier intento de discrepanc­ia. Proponer ir a patear la puerta de los ministerio­s no es para nada una propuesta feliz. Mucho menos venida de un funcionari­o que tiene rango de ministro. Mientras existan posiciones de esta naturaleza difícilmen­te podrá afianzarse la democracia en nuestro país. Todo lo contrario. Así pues, de tanto hablar de patadas en las puertas de los ministerio­s, se me ocurrió proponer una alternativ­a basada en una canción que cantaba la inolvidabl­e Nacha Guevara allá por los años setenta del siglo pasado en Buenos Aires cuyo estribillo aconsejaba, a causa de todas las miserias del mundo actual: “Démonos de patadas en el culo”. Que así se proceda.

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