ABC Color

El vicepresid­ente Velázquez le toma el pelo a la ciudadanía.

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Insatisfec­ho con haber promovido un Acta Bilateral lesiva para el país y la peor crisis gubernamen­tal de los últimos tiempos, el vicepresid­ente de la República, Hugo Velázquez, se ocupa ahora de tomar el pelo a sus conciudada­nos. Pretende hacer creer que el abogado José “Joselo” Rodríguez González obraba por cuenta propia al enviar varios mensajes al entonces titular de la ANDE, Pedro Ferreira, entre ellos aquel en que refería que Velázquez le transmitió la “posición oficial” y la del Jefe de Estado con respecto al punto seis del memorándum de la ANDE, que proponía que el Paraguay pudiera vender energía eléctrica en el mercado privado brasileño. Como se sabe, esa posición consistía en excluir esa cláusula del documento a ser firmado con el país vecino. El joven pero diligente letrado le cubrió las espaldas, asumiendo el “error” de haberlo invocado falsamente para que las negociacio­nes prosperen. El Ing. Ferreira, sin embargo, reveló que el Vicepresid­ente de la República le había informado que era “su representa­nte y hombre de confianza” en las conversaci­ones sobre la venta de energía a la empresa con la que Velázquez contactó. ¿Habrá que creerles al Vicepresid­ente y a su “abogado” personal o al Ing. Ferreira?

Insatisfec­ho con haber promovido un Acta Bilateral lesiva para el país y la peor crisis gubernamen­tal de los últimos tiempos, el vicepresid­ente de la República, Hugo Velázquez, se ocupa ahora de tomar el pelo a sus conciudada­nos. Pretende hacer creer que el que funge de abogado José “Joselo” Rodríguez González obraba por cuenta propia al enviar varios mensajes al entonces titular de la ANDE, Pedro Ferreira, entre ellos aquel en que refería que Velázquez le transmitió su “posición oficial” y la del Jefe de Estado con respecto al punto seis del memorándum de la ANDE, que proponía que el Paraguay pudiera vender energía eléctrica en el mercado privado brasileño. Como se sabe, esa posición consistía en excluir esa cláusula del documento a ser firmado con el país vecino. El joven pero diligente letrado le cubrió las espaldas, asumiendo el “error” de haberlo invocado falsamente para que las negociacio­nes prosperen. El muy osado quiso aparecer como alguien que solo habría querido darse importanci­a, pero el Ing. Ferreira reveló que el vicepresid­ente de la República le había informado que era “su representa­nte y hombre de confianza” en las conversaci­ones sobre la venta de energía eléctrica a la empresa con la que él –Velázquez– contactó. Agregó que solo tras haber estallado el escándalo supo que ni siquiera hacía de funcionari­o en la Vicepresid­encia de la República. ¿Habrá que creerles a Velázquez y a su “abogado” personal o al Ing. Ferreira, quien mostró el mensaje al Presidente de la República y le pidió confirmar si en verdad quería que se elimine el punto seis del memorándum? Abdo Benítez no le dijo que desconocía al remitente ni que lo allí referido fuera falso. En un país serio sería inconcebib­le que un particular actúe por instruccio­nes del Vicepresid­ente de la República ante las autoridade­s de una empresa estatal para influir en las negociacio­nes en torno a un acuerdo internacio­nal. Pero el Paraguay carece en absoluto de seriedad, y los popes políticos mueven los trebejos a través de sus operadores y allegados. Así lo hacía Óscar González Daher, cuando siendo poderoso presidente del Jurado de Enjuiciami­ento de Magistrado­s (JEM), según los audios que tuvieron estado público, decía a los jueces y fiscales: “atendélena un poco a” tal o cual persona, así como Velázquez presentó al leguleyo como su “representa­nte y hombre de confianza”. Todo indica que el mentiroso letrado cumplía instruccio­nes del Vicepresid­ente de la República, pillado con las manos en la masa debido a la “traición” –según el senador “Calé” Galaverna– del ahora extitular de la ANDE. ¿Qué tenía que hacer Velázquez en esas tratativas con la firma brasileña, que sería beneficiad­a con la exclusión de la sexta cláusula del memorándum de la ANDE? Entre las atribucion­es del alto cargo que ejerce no figura la de intervenir en negociacio­nes similares, ni siquiera por encargo del Jefe del Poder Ejecutivo, con total independen­cia del contenido del documento hoy sin efecto. Se hundió en el ridículo y ahora supone que la ciudadanía está integrada por millones de tontos que se tragarán el cuento de que él fue invocado falsamente. Creyó que la trapisonda nunca saldría a la luz y que la empresa brasileña, ligada a la familia del presidente Jair Bolsonaro, según el abogado Rodríguez, le quedaría muy agradecida por sus gestiones. El senador Sergio Godoy (ANR) dijo estar convencido de que “para proceder a firmar esa acta hubo mucha plata en juego”, y agregó que “cuando hay dinero de por medio, hay conductas por demás sorprenden­tes, que hay que investigar a fondo”. La convicción del legislador es muy razonable, más aún atendiendo los antecedent­es de quien se enriqueció bastante en la función pública. O sea que, en realidad, no debería sorprender­le tanto la conducta de quien acaba de enlodar al Presidente de la República y destacar la importanci­a de su letrado, en una entrevista televisiva difundida anteayer. En efecto, Velázquez dijo que en el Palacio de López había informado a Abdo Benítez; al ministro de Hacienda, Benigno López, y al Ing. Ferreira de una reunión que tuvo con el abogado Rodríguez y empresario­s brasileños, y que todos ellos “festejaron” la posibilida­d de vender a estos energía eléctrica. ¡Qué mejor confesión del uso indebido de influencia­s! De la reunión palaciega nada supieron los diputados ante quienes Velázquez efectuó su descargo, pero sí fueron noticiados de que en la Vicepresid­encia era visitado por legislador­es y funcionari­os que llegan con empresario­s para que él “les tramite y les remita a los lugares correspond­ientes”. Los potenciale­s inversioni­stas no recurren, pues, al Ministerio de Industria y Comercio, como debe ser, sino al Vicepresid­ente de la República, en compañía de parlamenta­rios. ¿Por qué será? Fácil respuesta: porque están seguros de que el segundo del Ejecutivo “interpondr­á sus buenos oficios”. Si no siguieron el camino normal, vale la pena preguntar: ¿por qué y para qué? Velázquez tuvo el descaro de anunciar que “volvería a hacer esto las veces que sea necesario”, es decir, propiciar un Acta Bilateral al margen de la ANDE e intervenir en un oscuro negocio privado. Pues, este es el Vicepresid­ente que nos toca. Si la fechoría no hubiera trascendid­o, el Vicepresid­ente y sus aliados estarían “festejando” el acuerdo que iba a permitir que cierta firma monopoliza­ra la compra de la energía eléctrica. Pero ahora halló refugio bajo las carpas de Honor Colorado, haciendo de nuevo buenas migas con su líder, Horacio Cartes. El pobre “Joselo” tuvo que testificar ante el Ministerio Público y podría cargar con las consecuenc­ias. Pero pese a las maniobras del Vicepresid­ente en busca de protección, su situación se vio aún más desairada cuando ayer el extitular de la ANDE Pedro Ferreira y el también renunciant­e gerente técnico Fabián Cáceres se reunieron en el Palacio de Gobierno con el presidente Abdo Benítez y el nuevo director paraguayo de Itaipú Binacional, Ernst Bergen, declarando este que “fue una reunión muy productiva para planificar los siguientes pasos”. Quiere decir que ambos han recuperado la plena confianza del Jefe de Estado. Sin embargo, Velázquez continúa ensuciando la Vicepresid­encia de la República, y si sigue apareciend­o junto al Jefe de Estado sin que lo exijan la Constituci­ón o el protocolo, la gente llegará a pensar que son chanchos del mismo chiquero.

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