Dictadura china, inflexible ante la lucha pro democracia en Hong Kong
Las protestas populares en Hong Kong continúan, y eso inquieta a la dictadura totalitaria de Pekín, que advirtió a los manifestantes con más represión y cárcel, mientras voceros del régimen hablan abiertamente de la posibilidad de la incursión del Ejército contra la población.
La prensa oficial del régimen comunista chino publica claramente que las tropas del Ejército chino acuarteladas en la ciudad “no son meros símbolos de la soberanía nacional” y que “están listas para defender los intereses de Hong Kong y del país. Además, ayudarían a mantener el orden social en la región en caso de cualquier contingencia”, indican las agencias EFE y AFP.
Pero, analistas sostienen que Pekín buscará evitar la entrada del Ejército, pues podría resultar más contraproducente a sus propios intereses.
El analista Jean-Pierre Cabestan, de la Universidad Baptista de Hong Kong, remarca que una acción militar “desafiaría la posición de Hong Kong como centro financiero y como refugio seguro de la élite comunista, que ha puesto parte de su dinero en Hong Kong o en los paraísos fiscales del Caribe a los que tienen acceso gracias a la excolonia británica”.
No obstante, la dictadura comunista china (responsable del mayor genocidio de la humanidad, seguido por el régimen también comunista, de la ex Unión Soviética y en tercer lugar por los nazis de Alemania) no ha dudado en el pasado de utilizar los tanques contra sus ciudadanos que reclamaban libertad.
La sangrienta mascare de Tinanmen, en 1989, es el último capítulo conocido internacionalmente de esta historia de represión a sangre y fuego.
Incertidumbre
Pekín continúa mandando mensajes crípticos: el miércoles, el director del órgano del Gobierno encargado de los asuntos hongkoneses, Zhang Xiaoming, aseguró que China tiene “métodos amplios y fuerza suficiente para resolver rápidamente cualquier posible agitación en caso de que ocurra”.
Las manifestaciones comenzaron a principios de junio en Hong Kong contra una controvertida propuesta de ley de extradición.
La misma permitiría enviar a hongkoneses a someterse a la “justicia” de la dictadura comunista china.
Esto levantó una inmediata reacción popular, y las protestas se afianzaron en una lucha por la democracia, secuestrada hoy en día, con autoridades funcionales a Pekín.