Salvaguarda irlandesa, gran escollo del “brexit”
El presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, advirtió ayer que la Eurocámara no aprobará ningún acuerdo del “brexit” sin la salvaguarda para Irlanda que el gobierno actual del Reino Unido busca eliminar del texto.
LONDRES y BRUSELAS
(EFE, AFP). “No habrá un acuerdo sin una salvaguardia (para Irlanda). Esa es nuestra posición clave. Si no quieren hablar sobre eso, significa que no quieren hablar en absoluto y que no hay nada de lo que hablar”, zanjó Sassoli en una rueda de prensa en Bruselas.
El acuerdo de salida del brexit, bloqueado en tres ocasiones por el Parlamento británico, necesita también el visto bueno del Parlamento Europeo, que vincula su validación a que se aseguren los objetivos de la polémica salvaguardia a la que se opone el Gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson.
Irlanda del Norte (que es parte del Reino Unido) y la República de Irlanda, aunque separadas jurídicamente, comparten una unión de hecho en su frontera, con un proficuo intercambio comercial. La conocida como salvaguarda
irlandesa es una serie de medidas que buscan preservar esa integración económica tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE).
Pero esto levanta conlleva consecuencias políticas.
Aceptar reglas distintas para Irlanda del Norte con el resto del país es algo que no desean en Londres, pues daría una impresión de separación nacional con esa región, que aún recuerda la lucha nacionalista irlandesa por la unificación con el resto de Irlanda.
Informe de Londres
El gobierno del primer ministro británico, Boris Johnson, publicó un documento sobre el impacto que tendría un brexit sin acuerdo.
Titulado Operación “Yellowhammer” o “Carpintero Dorado” (nombre de un pequeño pájaro) y fechado del 2 de agosto, el documento advierte sobre perturbaciones en 12 sectores claves, desde el abastecimiento de agua a los transportes y las fronteras, y de la posibilidad de disturbios.
El informe prevé graves atascos en los puertos británicos, que afectarían la provisión de alimentos frescos y medicamentos.
En caso de un brexit duro, hasta 85% de los camiones británicos podrían ver complicado el paso de los controles aduaneros franceses, lo que provocaría una caída de “40% a 60% del nivel actual” de circulación de mercancías en un país que importa muchos de los alimentos que consume.
Estas perturbaciones podrían durar tres meses e impactar en el abastecimiento de medicamentos o productos para el tratamiento del agua.
“Protestas y contraprotestas ocurrirían en todo el Reino Unido y obligarían al uso de una cantidad importante de recursos policiales. Hay riesgo de disturbios públicos y tensiones comunitarias”, indica también el informe.
El grueso del documento ya se conocía porque fue filtrado al diario Sunday Times en agosto; pero eso no evitó durísimas críticas al Gobierno.
Sobre la Operación Yellowhammer, Johnson dijo que “se trata de un escenario del peor caso posible para el que los funcionarios, obviamente, se tienen que preparar”, pero “estamos intentando alcanzar un acuerdo con nuestros amigos europeos y tengo esperanza de que lo hagamos en torno al 17 o 18 de octubre”, fecha del próximo Consejo Europeo.