Resquín tampoco se opone a militarización
Así como su antecesor Walter Vázquez, el ahora comandante de la Policía, Francisco Resquín Chamorro, admitió ayer que no le desagradaría la hipotética ayuda que puedan prestar los militares especialmente en el combate contra el crimen organizado. Resquín asumió luego del asesinato del comisario Félix Ferrari, en una emboscada para rescatar al narco Jorge Samudio, alias Samura.
El comisario general inspector Francisco Resquín Chamorro, nacido en Independencia, departamento de Guairá y quien este 4 de octubre va a cumplir 51 años de edad, venía desempeñándose hasta el miércoles último como director general de Investigación Criminal, el cuarto cargo más importante en la Policía Nacional, detrás del comandante, subcomandante y director general de Prevención y Seguridad.
Su designación como nuevo jefe de la Policía se produjo justamente horas después del asesinato del subjefe de la comisaría 1° de Asunción, comisario Félix Antonio Ferrari Yudis (43), de la promoción 1998.
El flamante comandante reconoció ayer a ABC Color que “si es necesario, vamos a pedir ayuda donde corresponda para garantizar la seguridad de la ciudadanía, porque lo que queremos es que la gente se sienta segura y tranquila”.
Fue al ser consultado sobre el posible involucramiento de los militares en el combate contra el crimen organizado, tal como lo plantea el propio presidente de la República, Mario Abdo Benítez, quien va a presentar esta semana un proyecto de enmienda constitucional para permitir la movilización de las Fuerzas Armadas.
De hecho, en el caso de que se de la enmienda constitucional, Resquín estará obligado a aceptar la cooperación militar, algo que no desconoce porque durante los años que trabajó en el departamento Antisecuestro fue el principal enlace con la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) que combate a la banda de secuestradores autodenominada EPP.