“Váyanse a otro colegio”
Dirigir un colegio no es lo mismo que administrar un supermercado o ser gerente de una compañía de celulares. La educación es una actividad de interés público y para obtener resultados óptimos se necesita la cooperación mutua de alumnos, docentes, directivos y padres de familia, en una comunidad solidaria.
El enfrentamiento que vienen sosteniendo los padres de alumnos con los directivos del Colegio San José revela una grave falencia interna en el centro educativo debido, en principio, a una posición autoritaria y desubicada del director pastoral de la entidad, el sacerdote Tobías Sosio.
Ante versiones de que el colegio había sido sometido a una auditoría interna por presuntas malversaciones de fondos, la Asociación de Padres del Colegio San José manifestó su interés en conocer la situación financiera de la institución. Como las autoridades del colegio no respondieron, los padres realizaron una manifestación de protesta frente al local educativo.
Consultado sobre el problema, el P. Tobías Sosio expresó que los padres no tienen derecho a meterse en las cuestiones administrativas porque se trata de una institución privada y que “si no les gusta este colegio, pues, que lleven a sus hijos a otro colegio”.
La Asociación de Padres pide transparencia en la gestión administrativa y denuncia que existe un deterioro en la calidad educativa porque las autoridades del colegio no invierten en infraestructura, docentes calificados ni varias necesidades de los alumnos, a pesar de la elevada cuota.
El Colegio San José es una institución histórica y emblemática de la educación paraguaya, pues en sus aulas se han formado varias generaciones de personalidades trascendentales en la vida política, cultural y social de nuestra nación.
Por respeto a la rica trayectoria de la institución, resulta incomprensible que la congregación del Sagrado Corazón de Jesús de Bétharram, propietaria del colegio, haya puesto como director a una persona que, por lo demostrado, no reúne los requisitos básicos para ejercer el cargo.
La argumentación de que los padres no pueden meterse porque es una institución “privada”, constituye una verdad a medias. Las altas cuotas permiten al colegio funcionar normalmente sin tener
que recurrir a las arcas del Estado y por ello es un centro privado, pero la educación de niños y adolescentes es una materia de interés público. La calidad de la educación que se brinda interesa al Estado y a la sociedad, pues de la misma dependen la formación y el futuro de los ciudadanos, generación tras generación.
También resulta irritante y desacertada la actitud de soberbia del director al sugerir que los padres busquen otro colegio si no están de acuerdo con el San José. Sorprende que tales palabras provengan de un discípulo de Jesús, de un evengelizador del primer mandamiento de amarnos los unos a los otros como Él nos ha amado. Un auténtico cristiano busca solucionar los problemas hablando con el prójimo, no diciéndole que se mande a mudar, que se vaya a quejarse a su abuela.
Honor a algunos destacados exalumnos del San José; vergüenza y una brújula para el pastor descarriado.