Qué ofrecen a cambio
Al sector privado, a esta altura del año, le resulta habitual y fastidioso ver cómo casi todos los gremios de las instituciones públicas exigen aumentos de sueldos. Lo que nunca se escucha es qué ofrecen a cambio del reajuste salarial: ¿más trabajo, mejores resultados, mayor eficiencia, combate a la corrupción, menos jornadas perdidas por huelgas y manifestaciones? Nada, nunca prometen nada.
Constituye una rutina que cada año los sindicatos y los directivos de entidades públicas realicen marchas, cortes de rutas y huelgas en demanda de incrementos de sueldos con el nombre de equiparación salarial, recategorización, recuperación del valor perdido, matriz salarial, etc.
En estos días, incluso el presidente de la Corte Suprema de Justicia y la rectora de la Universidad Nacional de Asunción se sumaron a los líderes sindicales en las exigencias de aumentos de salarios.
Los docentes de la UNA no prometen que ahora asistirán sin falta a sus clases, reducirán a dos su número de cátedras, realizarán investigaciones y publicarán artículos en revistas científicas. No, solo quieren más plata.
Los jueces y los funcionarios del Poder Judicial no anuncian que los juicios se tramitarán en tiempo debido, que ya no habrá presos sin condena, que sancionarán a quienes acepten coimas en tribunales y que reducirán la súper población de empleados administrativos.
Los maestros de colegios no proponen cumplir estrictamente los 200 días de clases al año, que no habrá días y semanas sin docentes en aula, que tomarán cursos de capacitación, que reducirán la deserción escolar y que sus alumnos el año entrante por lo menos comprenderán lo que leen.
Los trabajadores de la salud pública no se comprometieron a que los médicos estén a hora en sus puestos, que las enfermeras atiendan con eficiencia a los pacientes, que no desaparezcan de las farmacias los medicamentos, que la gente pobre sea bien atendida como si pagasen el tratamiento, que sean castigados con cárcel quienes se vuelven millonarios traficando con la salud de los necesitados, etc.
Los trabajadores de servicios públicos como la Ande, Essap y Copaco también quieren ganar más, pero no difundieron sus planes para evitar los cortes de luz,