Pericia científica embarra aún más a un concejal colorado de Caazapá
La Policía y la Fiscalía comprobaron científicamente que el asesinato del comerciante de Itapúa Carlos Jorge Delvalle Lugo fue perpetrado con las mismas armas usadas en el ataque en la Junta Departamental de Caazapá. Ambos hechos son atribuidos al político colorado Benjamín Adaro Monzón.
Carlos Jorge Delvalle Lugo, de 50 años de edad, fue asesinado por dos sicarios en la noche del 14 de setiembre pasado. Carlos Gordo, como lo conocían, fue atacado a tiros en su comedor situado sobre la Ruta PY06, en el lugar conocido como Cruce Kimex, casi en la frontera entre Itapúa y Alto Paraná.
Unos días antes, Carlos Gordo denunció en la Fiscalía del Crimen Organizado, en Asunción, que venía recibiendo amenazas de muerte de parte del concejal departamental de Caazapá, Benjamín Adaro Monzón (54). Como sabía que lo iban a matar, el comerciante también dejó constancia de ello en una comisaría y otra en la Fiscalía de Itapúa.
Carlos Jorge Delvalle Lugo dijo en estos tres lugares que el político colorado Benjamín Adaro Monzón quería obligarlo a que se declarara responsable de la planificación del ataque a tiros que
sucedió el 8 de agosto pasado en la Junta Departamental de Caazapá.
El líder de Colorado Añetete en la ciudad de Yuty, Benjamín Adaro Monzón, también le exigió supuestamente a Carlos Gordo que matara a su rival político, el concejal departamental liberal Nelson Javier Vera Villar (55), así como a un comerciante de la zona, Jorge Baeza (55), según constan en los documentos.
Nelson Vera había sido acusado por el propio Adaro de haber ordenado el atentado a tiros del año 2012 en el que este último quedó paralítico. Jorge Baeza, en tanto, mantiene un litigio judicial con Adaro luego de que este supuestamente lo secuestrara y extorsionara en 2017.
El elemento con el que Adaro supuestamente presionaba a Carlos Gordo era un audio de WhatsApp que el comerciante dijo haber enviado en son de broma a su amigo, el suboficial mayor de Policía Eladio Villar López (45), quien incluso fue el que le pidió la nota de voz para también bromear a otro amigo en común.
Llamativamente, ese audio enviado al policía terminó en poder del concejal Adaro Monzón, quien después utilizó dicho archivo para tratar de convencer a sus colegas de la Junta Departamental de que él era el verdadero objetivo de los sicarios que irrumpieron en plena sesión en Caazapá.
Sin embargo, Adaro nunca supo explicar por qué los sicarios que supuestamente querían matarlo mantuvieron contacto telefónico fluido con su guardaespaldas y una de sus empleadas.
Para la Policía, resulta más que obvio que el ataque en la Junta Departamental fue montado por Benjamín Adaro Monzón. Entonces, solo quedaría recoger una evidencia técnica para conectarlo también con el crimen del comerciante al cual amenazó antes de que este muriera baleado.