ABC Color

Presunta grave corrupción en Dinapi para cesión de la marca Lamborghin­i

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Presuntos hechos de grave corrupción en Dinapi habrían permitido que el mexicano Jorge Fernández García lograra inscribir la licencia de uso de la marca Lamborghin­i para fabricar vehículos en Paraguay, aunque el titular del ente, Joel Talavera, inicialmen­te intentó negarlo ante la prensa o no lo sabía, y ayer anunció la intervenci­ón de la jefatura de “Actos Jurídicos”.

La cesión de derechos o licencia de la marca Lamborghin­i se inscribió en tiempo récord (en 24 días), en la Dirección Nacional de Propiedad Intelectua­l (Dinapi) el 28 de junio de este año a favor del empresario Jorge Antonio Fernández García, para las clases 12 (título número 325.482) y 28 (título 327.042), es decir para fabricar automóvile­s y sus partes, hecho que se puede corroborar en consultas de marcas, en el sitio web (https://servicios.dinapi.gov.py/) de la institució­n, según nos demostraro­n conocedore­s del tema.

La inscripció­n que hizo el empresario mexicano Fernández García en Dinapi puede buscarse en el sitio del ente, con el número de expediente 1.943.236, para la clase 12; número 1.943.243 para la clase 28; número 1.943.256 para la clase 9; y número 1.943.248 para la clase 24.

Tras la publicació­n que hicimos el

último jueves, que en Dinapi se habría facilitado la inscripció­n de la cesión de derechos de la marca Lamborghin­i a favor de Fernández García, el titular del ente, Joel Talavera, en entrevista personal, había asegurado en forma taxativa que no había irregulari­dad en el proceso administra­tivo que benefició al mexicano.

“Dinapi es un ente registral y no puede hacer rechazos in límine y en el caso de Lamborghin­i Latinoamér­ica, se cumplieron debidament­e los procesos establecid­os por ley. No se cometió ninguna irregulari­dad”, había asegurado Talavera.

También que el trámite cumplió con toda la exigencia de forma, con las escrituras públicas correspond­ientes y que fue publicado en el medio Flash Empresaria­l, y sin haber oposición, se tomó nota a la solicitud pero que aún tendría “mucho recorrido administra­tivo antes que se rechace o se acepte”,

había sostenido Talavera.

Sin embargo, un aspecto fundamenta­l en la marca Lamborghin­i es que en la Dinapi obra que hubo cambio de nombre y domicilio en el año 2012 por parte de la firma italiana, según se puede constatar en la web, y que posiblemen­te fue después de la compra de la compañía italiana por la firma VW - Audi. Este hecho Dinapi debió advertir, porque con eso se anulaba cualquier acuerdo cedido años antes, según explicaron especialis­tas.

El titular de Dinapi había argumentad­o falsamente que la solicitud de licencia de uso que hizo Fernández García era solo para merchandis­ing, pero las licencias se inscribier­on para clasificac­ión de productos; fueron dos títulos en la clase 12 y dos títulos en la clase 28, y ambas son para fabricar, no solo para comerciali­zar, porque de haber sido de ese modo debió recurrirse a clase 35, según nuestras fuentes.

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Joel Emiliano Talavera Zárate, director de Dinapi.
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Jorge Antonio Fernández García, empresario mexicano.

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