Aspectos claves de la propuesta de Johnson para un acuerdo del brexit
La nueva propuesta del Reino Unido para acordar los términos de su salida de la Unión Europea (UE) se basa en limitar ciertos alcances de la salvaguarda que evitará una frontera en Irlanda del Norte tras el brexit.
La UE quiere asegurar que los acuerdos de paz en el Úlster firmados en 1998 se respetan en cualquier circunstancia, por lo que exige una garantía de que no se levantarán barreras físicas entre las dos Irlandas.
En la isla de Irlanda, coexisten la República de Irlanda (miembro de la UE) y la región de Irlanda del Norte (parte del Reino Unido).
Entre ambos territorios, hoy en día no existe una frontera física, permitiendo el paso de personas e intercambio de bienes, libremente, lo que también ha apuntalado el proceso de paz en esa, otrora, conflictiva región.
En las negociaciones realizada hasta ahora, se ha creado una cláusula que obliga a Irlanda del Norte a permanecer en el mercado único y la unión aduanera comunitarias hasta que exista una solución alternativa que elimine la necesidad de fronteras, como un acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la UE, algo que puede demorarse años.
Los británicos euroescépticos, sin embargo, consideran que esa salvaguarda fuerza al Reino Unido a seguir atado a las estructuras europeas en contra de su voluntad y coarta su capacidad de fijar políticas comerciales independientes.
En el nuevo plan que ha remitido a Bruselas, el primer ministro británico, Boris Johnson, recorta aspectos de la integración del Úlster en la zona comercial euroepa y otorga poder de veto a la Asamblea autónoma local, lo que podría poner
fin a la salvaguarda de manera unilateral.
Estas son dos de las opciones generales que podrían darse con la propuesta del primer ministro Johnson: –Crear un área regulatoria irlandesa. Irlanda del Norte abandonaría el mercado único europeo, aunque su regulación sobre comercio de mercancías, incluidos los productos agrícolas y alimentarios, continuaría alineada con la UE y, por lo tanto, con la República de Irlanda.
Las otras regiones del Reino Unido, en cambio, podrían comenzar a desviarse de los estándares comunitarios, a medida que Londres negocie acuerdos con terceros países que le lleven a modificar su regulación.
Por ese motivo, las mercancías que entraran en Irlanda del Norte desde el resto del Reino Unido deberían ser controladas para asegurarse de que cumplen los estándares europeos, algo que el Gobierno británico considera una concesión a la UE. –Abandonar la unión aduanera. Irlanda del Norte abandonaría la unión aduanera comunitaria. Eso significa que las empresas que transporten mercancías entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda deberían declarar sus importaciones y exportaciones para que se apliquen los aranceles correspondientes.
Londres asegura que esto es “completamente compatible con mantener abierta la frontera en Irlanda del Norte” y propone que el papeleo se haga de manera electrónica, con “muy pocos controles físicos”, que no se llevarían a cabo en la frontera.