¿Corregirá el proyecto las costosas desviaciones?
La idea de creación de un ministerio en el sector energía se sustentaba en la necesidad de superar el caos que aún hoy lo caracteriza y maniata, según coinciden especialistas del área. El papel conferido a las binacionales fue sin dudas el más inquietante. ¿Corregirá el proyecto estas costosas desviaciones?
Luego de una aún ligera exploración del proyecto de ley que crea el ministerio de energía y minas de la Comisión de Entes Binacionales y de Minas y Energía de Diputados, la impresión que nos queda es que su nombre correcto debió ser ministerio de minas y energía. En este caso el orden de los factores altera del producto.
La idea del caos o la metáfora del archipiélago con varias islas independientes y cerradas para describir o al menos intentar comprender el manejo público del sector no es exagerada.
Recordemos, la ANDE es una suerte de satélite que gira en la órbita del Ministerio de Obras Públicas, cuya dependencia, aún irrelevante, es el Viceministerio de Minas y Energía.
Petropar, otra importante empresa del sector energía, no tiene mucha relación con este brazo específico de Obras Públicas, tiene al Ministerio de Industria y Comercio como vaso comunicante con el Poder Ejecutivo.
El procesamiento de la biomasa como combustible tampoco depende del viceministerio en cuestión, sino del Ministerio de Agricultura y Ganadería y, de algunos instituciones que orbitan alrededor del mismo.
En cuanto a las entidades binacionales Itaipú y Yacyretá, pese a las formalidades que los ligan con la Cancillería y con Obras Públicas, sus directores paraguayos tocan la melodía que quieren, obviamente bajo la batuta del titular de turno del Poder Ejecutivo, con singular dedicación cuando la composición se titula “gasto social”, en cuya ejecución las binacionales adquieren el carácter de poderes paralelos, con una consentida autonomía que les permite eludir a las instituciones de control creados por ley, como el propio Poder Legislativo, la CGR y la DNCP.
La dura experiencia del acta secreta del 24 de mayo pasado sobre Itaipú, o el acta Cartes/Macri sobre Yacyretá prueban el peligroso relegamiento de las binacionales en las prioridades de los gobiernos de turno.
El art. 7º del proyecto “vincula” al nuevo ministerio a la ANDE, Petropar, a Itaipú, Yacyretá y la Comip. No obstante, sería bueno definir los alcances de la frase “son entes vinculados” y no repetir errores.
Ramón Casco Carreras