¿Encaminados de nuevo a “comer hule”?
Hacia finales de setiembre pasado, el presidente de la ANDE,
declaró a nuestro diario y a otros medios que entre noviembre y diciembre próximos acordarían finalmente con Eletrobras la contratación de potencia de Itaipú para este año y para el 2020.
Ambas entidades arrastran desde febrero de este año un impasse sobre la contratación de potencias, cuando Eletrobras, en una actitud rayana el atropello, “rechazaba” la potencia que la ANDE declaró que iba a contratar en el 2019, violando (probablemente) la Nota Reversal número 5, de 1986, que establece un esquema que se viene practicando desde aquel año. Es decir, que el ente paraguayo decide cuánto contrata y Eletrobras absorbe el resto, dentro de una relación que hoy se aproxima al 85% (Brasil) y 15% (Paraguay).
Además pretendió hacer tabla rasa de acuerdos firmados por los gobiernos de ambos países entre el 2007 y 2009, que fijan ciertas preferencias para la ANDE, pero a un elevado costo para nuestro país, como la incorporación de dos turbinas más, que iban a reducir la generación de excedentes.
Ahora, lo que llamó mucho mi atención es lo que siguió diciendo el ingeniero Villordo, que en una actitud casi pusilánime afirmó que las conversaciones se encuentran en una “etapa delicada”, como secuela del conflicto por el Acta Bilateral (entreguista), que terminó siendo anulada, solo tras una amenaza de destitución, vía juicio político, del presidente Mario Abdo Benítez.
Comentó que ya se mantuvieron muchos encuentros (presenciales y a distancia) desde que se reanudaron los diálogos el 19 de agosto pasado, pero insistió con la idea de que se hizo necesario “reconquistar la confianza” de los brasileños, quienes perdieron la credibilidad en el lado paraguayo, debido a “la filtración” de conversaciones mantenidas, en su momento, las autoridades nacionales. Acotó que molestó a la contraparte la exhibición de “mensajes de conversaciones privadas” que “realmente ha lastimado mucho”.
Tengo la sensación de que con estas declaraciones el presidente de la ANDE ha asumido que la parte paraguaya es la única responsable y culpable de todo lo sucedido con el Acta Bilateral, firmado el 24 de mayo del presente año en el más absoluto secreto, y que sin la magnífica reacción de la opinión pública y de gran parte de la ciudadanía paraguaya, se hubiese aceptado la nueva imposición brasileña, como nos han tenido “acostumbrados” los “irmaos brasileiros” en los últimos 46 años de la firma del Tratado de Itaipú.
Ahora, lo que me está generando “mucho ruido” con esta historieta acerca de la “pérdida de confianza” de nuestros “socios condóminos” en Itaipú Binacional es que (había sido) ellos son los únicos que salieron mal heridos y “agraviados en extremo” en este proceso, a pesar de que con ello se buscaba literalmente “liquidarnos”, y eso a menos de cuatro años de la revisión del Anexo C, incluso de la posibilidad de revisar todo el cuerpo del Tratado de Itaipú, que no hace falta ser experto en nada como para darse cuenta de que fue un acuerdo leonino y muy perjudicial para el Paraguay, desde el ángulo que se lo mire.
Analizando lo manifestado por Villordo podemos concluir que, en realidad, los brasileños hubieran querido mantener en el más absoluto secreto todo lo actuado por unos funcionarios públicos, que actuaron en representación de las Altas Partes Contratantes. Los brasileños, en su propio país, no se atreverían a exigir eso, pero en las relaciones con Paraguay, sobre todo en Itaipú, donde hay muchas cosas ocultas que alguna vez deber salir a la luz, siempre actuaron de esa manera.
Frente a esta situación y con un problema (inventado por Eletrobras) que se ha alargado más de la cuenta, podríamos estar encaminándonos que nos nuevamente nos obliguen a “comer hule”. Es decir, que otra vez las condiciones ni siquiera se acerquen a las pretensiones paraguayas, que Eletrobras una vez más se salga con la suya, y los usuarios paraguayos de energía eléctrica terminemos pagando los platos rotos.