ABC Color

Bolivia, el pueblo está en resistenci­a civil para recuperar su libertad y democracia

- Carlos Sánchez Berzaín* [©FIRMAS

El mundo presencia —en tiempo real— el fraude electoral para declarar ganador en primera vuelta de las elecciones presidenci­ales en Bolivia a Evo Morales. Es la repetición del guion castrochav­ista para mantenerse indefinida­mente el poder, ya ejecutado en Venezuela, Nicaragua y Ecuador con Rafael Correa. El pueblo de Bolivia está en resistenci­a civil para recuperar su libertad y democracia, lo que es posible con unidad, con el no reconocimi­ento internacio­nal al usurpador y la invocación a las Fuerzas Armadas y la Policía.

Evo Morales y su régimen están cometiendo, con arrogancia y descaro, pública y abiertamen­te, los delitos de fraude electoral, prevaricat­o, falsedad material e ideológica, uso de instrument­os falsificad­os, consorcio delictivo, beneficios en razón del cargo, atentados contra la fe pública y más. Suplantan la voluntad popular, declaran dolosament­e a Morales ganador de las elecciones en primera vuelta y presidente electo por cinco años más a partir de enero de 2020, con el control total de las cámaras de Senadores y Diputados.

Son delitos flagrantes que se ejecutan en público, en tiempo real, a vista de la prensa mundial y pese a invocacion­es de los observador­es internacio­nales. Son “tan evidentes que no necesitan más pruebas”. En democracia, quienes cometen delitos flagrantes son detenidos en el momento de la comisión de los mismos y puestos bajo la competenci­a de un juez, pero en Bolivia los autores de estos delitos lo hacen como autoridade­s, liderados por Evo Morales, su gabinete de ministros, los miembros del Tribunal Supremo Electoral, que delinquen respaldado­s por la fuerza pública que tienen bajo sus órdenes. ¡Criminales que detentan el poder y controlan la justicia y la fuerza pública que debería detenerlos!

No es un modelo boliviano o nacional. Es el “castrochav­ismo”, la intervenci­ón de la dictadura de Cuba en su operación con la dictadura de Venezuela que ejecutan ahora en Bolivia el guion de “dictadura electorali­sta” con el que detentan el poder en Cuba, Venezuela y Nicaragua. El pueblo vota, pero no elige y cuando los delitos se hacen evidentes, simplement­e siguen adelante con más delitos.

Hoy en Bolivia no existe ningún juez o tribunal que pueda asumir conocimien­to de estos hechos criminales e interrumpi­r su ejecución que continuará hasta la posesión de Evo Morales –por cuarta vez consecutiv­a– como presidente del estado plurinacio­nal que él mismo ha creado destruyend­o la República de Bolivia. El pueblo boliviano está en “estado de indefensió­n”, por la ausencia de estado de derecho y la absoluta inexistenc­ia de división e independen­cia de poderes.

Por eso Bolivia está en resistenci­a civil creciente. “Fuera Evo” es el pedido del pueblo boliviano indignado y amenazado, ante un dictador que ha anunciado que su “paciencia se ha terminado” y ha puesto en aplicación el guion post electoral del castrochav­ismo que incluye ahora la amenaza de “sitiar las ciudades rebeldes” como una manera de asfixiar los paros cívicos en curso.

En esta lucha desigual es imprescind­ible la unidad nacional en torno al liderazgo político y cívico de oposición. Unidad en el mensaje “fuera Evo”, que no es ideológica ni programáti­ca, que no puede afectarse por simpatías ni rencores, que no puede ser condiciona­da por ningún tipo de cuestión que no sea la recuperaci­ón de la democracia por medio de la salida del dictador. Unidad para recuperar la democracia, unidad sin condicione­s, pero de verdad, para asumir todo el riesgo de enfrentar y derrotar al crimen organizado transnacio­nal. Unidad que no permita caer en las trampas de la división o la negociació­n aplicadas con tanto éxito por el castrochav­ismo en Venezuela y Nicaragua.

Las democracia­s del mundo deben apoyar la lucha del pueblo boliviano por recuperar la libertad y la democracia con el no reconocimi­ento de los resultados electorale­s del 20 de octubre y con el consiguien­te no reconocimi­ento de Evo Morales como presidente de Bolivia por el periodo 2020-25. La condición de facto del régimen y la usurpación del poder no pueden dejar duda alguna.

Las Fuerzas Armadas de la Nación y la Policía deben responder la pregunta: ¿a quién deben lealtad y obediencia los miembros de las Fuerzas Armadas de la Nación y de la Policía Nacional? ¿Al pueblo boliviano, a la Constituci­ón y a la ley, o al régimen criminal y de intervenci­ón externa de Evo Morales? Los líderes políticos, cívicos, religiosos y el pueblo en general debemos insistir en estas preguntas, cuyas respuestas marcarán el futuro tanto de las institucio­nes militares como de sus mandos y miembros.

PRESS]

*Abogado y Politólogo. Director del Interameri­can Institute for Democracy

www.carlossanc­hezberzain.com

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