Las injusticias planificadas

No pasa un día sin que salte una prueba que confirme el desprestigio del Poder Judicial. Jueces y fiscales pueden cometer errores, desde luego, pero existen instancias donde se los pueda corregir. El problema es cuando todas ellas cierran los ojos ante la evidencia de planificadas injusticias.

En su nota del miércoles, en ABC Color, Roque González Vera nos acerca otra demostración del manejo turbio de una supuesta agresión sexual en Concepción por la que el periodista radial, Edgar Américo Chilavert, está en la cárcel de Emboscada desde hace un año.

Roque publica el acta de acusación de la fiscala Carina Sánchez. Leemos en un párrafo: “De la extracción de datos, realizados por los peritos del Ministerio Público, de los celulares y equipos informáticos incautados, que fueron objeto de pericia, se pudo obtener imágenes y videos con contenido sexual y que de alguna manera refleja la preferencia del hoy acusado, que corrobora de alguna manera la versión brindada por la víctima”.

Pasemos por alto la desastrosa redacción y detengámonos en lo que ha procurado decir la fiscala Sánchez. Ella vio “imágenes y videos con contenido sexual” en “los celulares y equipos informáticos”. Estos elementos “de alguna manera refleja la preferencia” sexual del encausado. Entre las imágenes no está la de la supuesta víctima.

Si para la fiscala Sánchez las imágenes que se guardan en el celular o la computadora descubren la tendencia sexual del propietario, también pueden revelar otras preferencias. Si en mi celular tengo la fotografía de un periódico que publica un caso de feminicidio, para la fiscala soy un asesino en potencia. Y no hablemos si las fotografías son de un acto terrorista. Con seguridad mi tendencia es la de destripar gente y tengo que estar en la cárcel. ¿Exagero? En todo caso mi exageración es literaria. No así la de la fiscala y jueces que mantienen en la cárcel a una persona por imágenes que no prueban delito alguno. Lo único que evidencia es la disparatada deducción de la fiscala Sánchez para sostener su acusación. Peor aún, este disparate fue aceptado en otras instancias judiciales, así como el rechazo de pruebas que favorecen al encausado. ¿Cuáles pruebas? He aquí algunas:

1) La Médica Forense del Ministerio Público, doctora Mirian Duarte, el 10 de octubre del año pasado diagnosticó que la supuesta víctima de abuso sexual no presentaba ninguna lesión.

2) El Laboratorio Forense realizó una pericia de los celulares de la supuesta víctima y el victimario “y no se encontró una sola imagen o un texto que involucre a Chilavert en el delito”. Lo del celular tiene que ver porque la fiscala Carina Sánchez basó su acusación en copias de supuestos mensajes de textos e intercambio de notas. “El denunciante no entregó el celular, se limitó a facilitar copias en papel de los mensajes, previamente impresos”. Fue un montaje, según dos expertos chilenos que estudiaron el caso.

3) El padre de la supuesta víctima, Tomás Núñez, se presentó a ABC Color el pasado 13 de octubre para denunciar que fue engañado por el intendente municipal, Alejandro Urbieta. Agregó: “Chilavert es inocente”. ¿Qué tiene que ver Urbieta? El periodista le acusó en su programa de haber negociado, para su provecho, un costoso terreno municipal.

El próximo día 8 Chilavert se presentará para la audiencia preliminar en Concepción. Será un mero trámite formal porque hace un año ya ha sido condenado. También hace un año que no se habla de la venta de tierras municipales. Decía Napoleón que el dinero soluciona todos los problemas, incluso los económicos.