Circunvalación
La construcción de vías circunvalatorias en San Ignacio y en San Juan Bautista de las Misiones es una alternativa para mejorar la fluidez del tránsito, en el marco de una seguridad vial. Al menos es la propuesta del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).
En el proyecto de San Juan Bautista aparentemente no hay problemas en el proyecto de circunvalación. Sin embargo, en el diseño final presentado en San Ignacio, la traza, según el plan, afectará reservas naturales de plantas nativas en atropello al medio ambiente.
Los dueños de propiedades afectadas denunciaron que se pretende derribar añosos árboles que forman parte del ecosistema y que contribuyen en cierto modo a desintoxicar el ambiente tan deteriorado por los gases tóxicos, el humo y la contaminación ambiental.
Es decir, para construir una ruta asfaltada con el afán de mejorar el tránsito urbano será perjudicada la naturaleza y lógicamente la población.
Haciendo un análisis a la luz de la razón y el sentido común, al parecer el diseño se contrapone a principios constitucionales que garantizan la calidad de vida, el derecho a vivir en un ambiente saludable y la protección ambiental.
En los últimos años se realizaron tala indiscriminada de árboles ocasionando un desequilibrio ecológico. De modo que es una obligación cuidar como seres responsables el hábitat y las pocas reservas naturales que quedan.
A raíz de la protesta de parte de los afectados, el intendente de San Ignacio, Carlos Afara (ANR), propuso modificar la traza; usar el camino viejo al final del diseño y empalmar con la Ruta PY01 “Mariscal López” hacia Encarnación, evitando en lo posible daños a la naturaleza.
Al respecto, el ministro de Obras Públicas, Arnoldo Wiens, señaló que los técnicos van estudiar los reclamos y que la idea es afectar lo menos posible a la sociedad y al ambiente. Reconoció que se tiene que cuidar los bosques y humedales.
El proyecto vial, el desarrollo urbano no puede ir a contramano del ambiente ni perjudicar la calidad de vida de las personas.