Jamenéi vuelve a prohibir el diálogo entre Irán y EE.UU.
El líder supremo de Irán, Ali Jamenéi, reiteró su rechazo a cualquier diálogo con Estados Unidos sobre su programa nuclear. Las democracias occidentales temen que el régimen extremista iraní desarrolle armas nucleares.
TEHERÁN (EFE). “La prohibición de negociar con EE.UU. es una de las herramientas importantes para bloquear su entrada al querido Irán”, dijo Jamenéi, según publicó su página oficial.
“La insistencia (de EE.UU.) por negociar tiene como objetivo decirle al mundo que la máxima presión y las sanciones finalmente dieron resultado y que los iraníes se arrodillaron”, alegó el líder teocrático iraní.
Además, según él, el rechazo a negociar con EE.UU. “mostrará al mundo la verdadera grandeza y autoridad de Irán y destruirá el falso aura de EE.UU.”.
El líder supremo hizo estas declaraciones en la víspera del 40º aniversario del asalto a la embajada estadounidense en Teherán,
que se saldó con la toma como rehenes de 52 diplomáticos durante 444 días.
Al respecto, Jamenéi criticó que “algunos intentan decir que las tensiones entre Irán y EE.UU. comenzaron después de la toma de la embajada, pero esto es una distorsión de la historia”.
“Los desacuerdos entre la nación iraní y el Gobierno estadounidense se remontan al golpe de Estado de 1953 (orquestado por el Reino Unido y EE.UU. para derrocar al gobierno iraní del primer ministro Mohamad Mosadeq)”, aseveró.
El régimen fundamentalista de Irán celebra hoy, el día 13 del mes iraní de aban, el Día del Estudiante, en recordación de la toma por parte de estudiantes radicales, con apoyo oficial, hace 40 años, de la embajada estadounidense para exigir el retorno del depuesto shá Mohamad Reza Pahlaví, que había buscado asilo en EE.UU.
Este suceso, conocido como la crisis de los rehenes, llevó a EE.UU. a romper relaciones diplomáticas con Irán, una situación que se mantiene hasta día de hoy.
Washington se retiró del acuerdo nuclear de 2015 firmado con Irán y otras cinco potencias y volvió a imponer el año pasado sanciones al país persa.
El gobierno de Donald Trump lamentó que dicho documento no impedía, a la larga, el desarrollo de armas nucleares por parte del régimen fundamentalista.