Los próximos pasos en el intento de llevar a juicio político a Donald Trump
La Cámara de Representantes de Estados Unidos inició días atrás la ruta para someter a un juicio político al presidente estadounidense, Donald Trump, un proceso que aún puede durar semanas o meses y que promete mezclarse con la campaña electoral de 2020.
WASHINGTON (EFE). El 25 de julio pasado, Trump conversó con el presidente de Ucrania sobre la posibilidad de investigar al exvicepresidente estadounidense Joe Biden, y su hijo, Hunter, sobre presuntas actos de corrupción en el país centroeuropeo.
Biden es el principal precandidato demócrata a las presidenciales de 2020.
Tras esa llamada, los demócratas iniciaron acciones para intentar llevar a cabo un juicio político contra Trump.
Estas son las claves para entender qué puede pasar a partir de ahora.
Audiencias públicas
La resolución aprobada por la Cámara de Representantes el pasado jueves formaliza el proceso que la mayoría demócrata en el hemiciclo había desarrollado a puerta cerrada, y bajo sus propias reglas desde septiembre.
A partir de ahora, los interrogatorios a testigos podrán ser públicos y emitirse en directo por televisión, y podrán publicarse las transcripciones de los testimonios que se hicieron en privado.
Los abogados de Trump podrán participar en las audiencias en el Comité Judicial y los republicanos podrán convocar a sus propios testigos, aunque antes deberán obtener el permiso de una mayoría en ese panel y el del Comité de Inteligencia, controlados por demócratas.
La Casa Blanca y los republicanos consideran esas reglas una “farsa”. Mientras, el Comité de Inteligencia deberá elaborar un informe para que el Comité Judicial decida si existen argumentos para un juicio político.
Si eso ocurre, se necesitaría una mayoría simple de la Cámara de Representantes para elevar la acusación ante el Senado, que debe decidir por mayoría calificada de dos tercios, si destituye al mandatario.
El Senado cuenta con mayoría republicana.
Calendario incierto
Hace dos semanas, tanto demócratas como republicanos confiaban en concluir su investigación en la Cámara Baja para la festividad de
Acción de Gracias, el 28 de noviembre.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, calculaba que eso le permitiría iniciar inmediatamente el juicio político y concluirlo antes de Navidad.
Pero el número creciente de testigos que están accediendo a comparecer ha complicado el panorama y ahora los demócratas creen que su pesquisa se alargará hasta después de Acción de Gracias, lo que podría provocar que el juicio político se celebre en enero o más tarde.
Factor electoral
Si el juicio político se convocara en enero, coincidiría con la campaña para las primarias demócratas.
Eso dificultaría que los seis senadores que compiten por la candidatura demócrata –Elizabeth Warren, Bernie Sanders, Cory Booker, Kamala Harris, Amy Klobuchar y Michael Bennet2 hagan campaña en Iowa y otros estados clave.
No está claro cuánto podría durar un juicio político, pero el último, el del expresidente Bill Clinton en 1999, duró unas cinco semanas.
Probabilidades ciertas
A día de hoy, pocos en Washington esperan que un juicio político prospere en el Senado, donde se necesitaría una mayoría de dos tercios para destituir a Trump y los republicanos controlan 53 de los 100 escaños.
Pero si la opinión pública se inclinara a favor del juicio político, que hoy en día apoya mayoritariamente la gestión presidencial, sería más difícil para algunos senadores republicanos justificar su apoyo al presidente.
Eso explica en parte el interés de los demócratas en televisar las audiencias.