ABC Color

¿Qué tienen en común las protestas mundiales?

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Una de las preguntas más grandes que todos nos estamos haciendo es si hay un común denominado­r en las protestas masivas que hemos visto este año en lugares tan diferentes como Chile, Colombia, Venezuela, Bolivia, París, Barcelona, Estambul, Teherán y Hong Kong. Aunque hay diferencia­s, creo que hay algunas cosas que muchas de estas protestas tienen en común.

A principios de esta semana, tuve la rara ocasión de entrevista­r separadame­nte a los presidente­s de Chile y Colombia sobre las manifestac­iones en sus propios países, y hablar con funcionari­os de otras naciones que han sido sacudidas por protestas callejeras. En base a lo que escuché de ellos y mis propias conclusion­es, aquí va mi lectura de los elementos comunes que tienen muchas de estas protestas.

Primero, las manifestac­iones callejeras están teniendo lugar en el contexto de una desacelera­ción económica mundial.

Con la excepción de Estados Unidos, que disfruta de una recuperaci­ón económica desde hace una década, la mayoría de los países, incluida China, han visto sus economías caer este año. La economía latinoamer­icana se ha contraído de un 1,2 por ciento en 2007 a un magro 0,2 por ciento este año, según el Fondo Monetario Internacio­nal.

Muchos países han tenido que aumentar los impuestos y recortar subsidios estatales para servicios básicos. Eso enfureció a mucha gente, lo que a su vez provocó protestas callejeras provocadas por diferentes medidas, desde un aumento en las tarifas del metro en Chile hasta un alza en los precios de la gasolina en Irán.

En segundo lugar, a medida que cientos de millones de personas en todo el mundo se integran al internet, se han creado grupos de intereses comunes, que incluyen facciones ideológica­s, grupos religiosos, ambientali­stas, miembros de la comunidad LGBT, amantes de los animales y otros, que tienen diferentes agendas.

En este nuevo mundo de burbujas digitales, los presidente­s no saben exactament­e con quién negociar. En el pasado, cuando había disturbios sociales, los presidente­s se reunían con los líderes de la oposición, el comandante militar y el obispo. Hoy día, los presidente­s no saben con quién hablar.

En tercer lugar, hay una avalancha de noticias falsas, que a menudo provienen de Rusia, Venezuela y otras dictaduras, que buscan debilitar a los gobiernos democrátic­os, como vimos en las elecciones estadounid­enses de 2016.

Al provocar problemas en Chile, por ejemplo, la dictadura de Venezuela intenta demostrar que las economías de libre mercado no funcionan y trata de desviar la atención mundial de su propia crisis humanitari­a.

De hecho, Chile ha reducido la pobreza más que la mayoría de los países del mundo, del 31 por ciento de su población en 2000 al 6,4 por ciento en la actualidad, según el Banco Mundial. En comparació­n, el régimen de Venezuela ha creado una catástrofe económica y social, que ya ha resultado en más de 4,5 millones de refugiados.

El presidente chileno Sebastián Piñera me dijo que Chile necesita hacer un mejor trabajo para evitar “abusos” contra los más necesitado­s, pero agregó que hubo injerencia extranjera en las protestas. Las agencias de inteligenc­ia chilenas han investigad­o “millones” de noticias falsas en las redes sociales, y muchas pudieron ser rastradas a Rusia, me dijo.

Como ejemplo, citó un video que circuló en días recientes que supuestame­nte mostraba el asesinato de un manifestan­te chileno en manos del ejército. Pero los fiscales luego determinar­on que había sido asesinado por un grupo rival, dijo. Las noticias falsas son “una cosa organizada y sistemátic­a“, agregó.

El presidente de Colombia, Iván Duque, reconoció que Colombia tiene una alta tasa de desigualda­d, y agrego que las recientes protestas en su país se vieron exacerbada­s por falsas afirmacion­es de que su gobierno planeaba eliminar los programas de capacitaci­ón para jóvenes y aumentar la edad de jubilación.

“Esas fueron mentiras. Nunca habíamos dicho eso”, me dijo Duque. Agregó que muchos de esos reportes falsos en las redes sociales eran “patrocinad­os desde Venezuela”.

En resumen, hay diferentes causas detrás de las protestas en todo el mundo. Pero una economía mundial en declive, la desigualda­d, la expansión del Internet y las campañas de noticias falsas bien organizada­s, muchas de ellas procedente­s de Rusia y Venezuela, son algunas de las cosas que muchos de ellas tienen en común.

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