Cónsules hurreros
SALAMANCA, España (Jesús Ruiz Nestosa). Cuando hacía alguna trastada o presentaba un trabajo mal hecho, una maestra de la primaria me recriminaba diciéndome que era como el cangrejo “Vas caminando hacia atrás, no hacia adelante, vas como el cangrejo”. Nunca me imaginé que no solo yo, sino el país entero adoptaría la modalidad del crustáceo en su manera de avanzar... o retroceder.
La propuesta hecha por un grupo de legisladores de diferentes partidos que permitirá al Ministerio de Relaciones Exteriores llenar el cargo con políticos en lugar de diplomáticos de carrera es, cuanto menos, una inmoralidad. En un momento en que se busca la especialización, la eficiencia, el conocimiento, vienen estas personas, movidas por intereses espurios, a echarlo todo por la borda y poner la imagen del país a la cola del cangrejo.
Es una inmoralidad, ya que de un plumazo se inhabilitará la carrera diplomática, se declararán inútiles todos los estudios que se deben realizar para entrar en la carrera diplomática y se sustituirá el conocimiento, la formación y la especialización por los méritos que se hagan en el campo partidario. ¿Quién se va a afanar durante cuatro o cinco años estudiando una carrera cuyo título no lo habilitará para nada? ¿Para qué desperdiciar tanto tiempo si eso mismo se puede conseguir yendo una mañana a la seccional del barrio, afiliarse al partido y declararle su adhesión al caudillo de turno? Mucho más rápido y fácil es este trámite: en lugar de aprobar exámenes y hacer trabajos prácticos, se ensayan algunas tardes las diferentes maneras de hacer hurras, y una vez que logremos alcanzar un do de pecho, ya podemos aplicar para un puesto en alguna embajada o consulado en cualquier país del mundo; ya sea el más cercano, o el más lejano, o el que más convenga a nuestros intereses particulares.
Quienes vivimos en el extranjero lo que necesitamos es tener consulados y embajadas a los que podamos recurrir en caso de necesidad, que puedan solucionarnos aquellos problemas que se nos presentan por cualquier motivo. No podemos estar recurriendo a los representantes de nuestro país que nos respondan con un “no sééééé” o un “no me acueeeerdo luego”, “y voy a averiguar“”, “por qué no me llama el lunes; o mejor que sea el martes o miércoles”.
El proyecto de ley es tan demencial que contempla que el Poder Ejecutivo pueda llenar con políticos el 50% de los cargos diplomáticos disponibles. Como bien dijo un funcionario de Relaciones Exteriores, se corre el riesgo de convertir los consulados paraguayos en el extranjero en “verdaderas seccionales coloradas”. No recuerdo si fue el año pasado o el anterior que se nombró a un político como cónsul en Argentina y reconoció, antes de ir a hacerse cargo del puesto que no tenía ni la más pálida idea de qué tenía que hacer como cónsul ya que en su vida había puesto los pies en un sitio similar.
Al parecer la iniciativa surgió en el propio Ministerio de Relaciones Exteriores donde hay una coordinadora de Funcionarios Públicos Colorados, que logró entusiasmar a los senadores Arnaldo Franco y Antonio Barrios (ANR); María Eugenia Bajac (PLRA); Georgia Arrúa (Patria Querida); y Carlos Gómez Zelada (PLRA), quienes ya estarían hablando sobre los cupos que corresponderían a cada partido. En otras palabras, ya se comenzó a sortear, movidos por intereses exclusivamente partidarios, la forma en que serán copados los consulados y embajadas del Paraguay en el exterior. Lo último que se tendrá en consideración es la imagen que se pueda dar del país, ya que la experiencia nos dice que quienes soliciten esos puestos no serán los más capacitados, sino aquellos que flamean un título universitario conseguido “summa cum FRAUDE”.