Señales anunciaban la “fuga” en Pedro Juan
■ PCC RECLUTÓ MIEMBROS EN TODAS LAS PENITENCIARÍAS REGIONALES
Túneles, bombas, armas, croquis, etc., muchas fueron las señales de que la cárcel de Pedro Juan Caballero iba a ser el escenario de una fuga de gran envergadura. Pese a todas las advertencias, en la madrugada del 19 de enero último la mafia demostró su audacia. Ahora, hay que hacer bien los deberes para no convertirnos en tierra de nadie.
El domingo 19 de enero, los 76 miembros de la organización criminal Primer Comando Capital (PCC) de la penitenciaría Regional de Pedro Juan Caballero ganaron las calles y la atención del mundo entero.
La investigación abierta busca determinar si el escape se produjo a través del túnel, si los reclusos huyeron por la puerta o si ocurrieron las dos cosas a la vez.
La responsabilidad de los agentes penitenciarios también está en tela de juicio y no se descarta que se amplíe la investigación a los policías y militares que custodiaban el perímetro.
Esta es una consecuencia lógica de la fuga cinematográfica con la que el crimen organizado dejó en claro su poderío.
Pero analizar cómo llegamos a esto también es necesario. Es fácil culpar al PCC de organizar y comandar la fuga.
Pero en realidad, ellos se nutren de nuestras falencias.
Los “soldados” reclutados por esos grupos son aquellos reclusos abandonados por un sistema que no rehabilita, sino que simplemente los encierra en una situación de hacinamiento en la que hay que arrimarse al más fuerte para sobrevivir.
La corrupción que impera en el sector penitenciario y la falta de preparación de los funcionarios contribuyen para el cerrar el círculo.
Tampoco debe pasar desapercibido el excesivo tiempo que lleva la justicia en “resolver” casos de extradición de reconocidos miembros de facciones criminales, situación que es un caldo de cultivo para su expansión en nuestro país.
A modo de ejemplo, basta recordar el caso de Marcelo
Pinheiro, Marcelo Piloto, cuyo expediente quedó cajoneado en un casillero durante casi seis meses.
O hacemos bien los deberes o tendremos que resignarnos a convertirnos en un feudo del PCC.