Ochenta años como dalái lama
NUEVA DELHI (AFP). El dalái lama cumplió ayer 80 años como el líder espiritual del Tíbet, una función que casi siempre ha desempeñado en el exilio, bajo los constantes ataques de China.
A cientos de kilómetros del inmenso palacio Potala de Lhasa, el líder budista, hoy de 84 años de edad, se encuentra desde 1959 en el exilio, en Dharamsala, al pie del Himalaya indio.
Sigue siendo el rostro universalmente reconocido del movimiento por la autonomía del Tíbet, convertido en una provincia china desde 1951.
Pero la atención mundial que tuvo al ganar el Premio Nobel de la Paz en 1989 se ha atenuado y el diluvio de invitaciones para codearse con los líderes mundiales ha decaído.
El carismático decimocuarto dalái lama ha desacelerado el ritmo y en abril fue hospitalizado por una infección pulmonar.
Pero, también la fuerte presión de la dictadura china ha influido, a través de las represalias con las que Pekín amenaza a todos aquellos que se acercan al anciano líder budista.
Nació el 6 de julio de 1935 con el nombre de Lhamo Dhondup. Este hijo de granjeros de las colinas del nordeste tibetano tenía dos años cuando una expedición llegó a su aldea en busca del nuevo líder espiritual del Tíbet.
Como fue capaz de designar objetos que pertenecieron al decimotercer dalái lama, fallecido en 1933, el niño fue proclamado como su reencarnación.
Lo llevaron a un monasterio y después a Lhasa, donde recibió una educación teológica y filosófica, antes de ser entronizado como el decimocuarto dalái lama en 1939.
En 1950, cuando tenía 15 años, fue proclamado jefe del Estado tibetano tras la entrada del ejército chino en Tíbet. A pesar de sus esfuerzos por proteger a los tibetanos, se vio obligado a huir en 1959 a la vecina India, tras una sangrienta represión lanzada por el ejército chino contra los manifestantes tibetanos.