Cae un oficial militar presuntamente implicado en el tráfico de armas
El comandante de un destacamento naval fronterizo quedó preso ayer luego de ser delatado por un pasero que estuvo secuestrado por 24 horas en poder de presuntos miembros del PCC. Supuestamente, los marinos se quedaron con un fusil y cobraron por devolver otras dos armas largas que los contrabandistas debían hacer llegar al Brasil.
La historia se inició hace una semana aproximadamente, cuando supuestamente militares del destacamento naval “Teniente Escumbarti” retuvieron a tres paseros que pretendían cruzar hacia el Brasil en una embarcación en la que transportaban tres fusiles AK47.
La unidad militar de la Armada Paraguaya funciona a orillas del lago Itaipú, en la zona del Área 6 de Hernandarias, cerca de la nueva costanera.
Los militares y los contrabandistas demorados, al final, habrían llegado a un arreglo que supuestamente consistió en que los uniformados se quedaban con una de las armas, aunque también cobraron a los civiles por devolverles los otros dos fusiles.
A causa de ese hecho, los paseros no pudieron entregar las mercaderías a sus dueños, que serían miembros del grupo criminal PCC, que aguardaban el envío al otro lado del lago, ya en territorio brasileño.
Necesariamente, los paseros tuvieron que contar a sus
contratantes que fueron despojados por los militares de una de las armas, por lo que los cabecillas de la organización criminal vinieron del Brasil e irrumpieron en la unidad militar el miércoles de siesta para reclamar la devolución del AK47 perdido.
Ante la inesperada visita de los “peces gordos” de la mafia fronteriza, el comandante de destacamento, teniente de fragata Gilberto del Pilar Espinoza Matto (32), habría mandado traer hasta su unidad a uno de los paseros involucrados, Nelson David Benítez González (31 años), quien para el efecto, según la denuncia, fue secuestrado en Ciudad del Este por un grupo comando cuando estaba en compañía de una mujer.
La pareja fue llevada supuestamente al destacamento naval “Teniente Escumbarti”, donde luego de varias horas de negociaciones la mujer fue liberada y Nelson quedó retenido.
Finalmente, según los investigadores, Nelson fue vendido por los propios militares a los mafiosos brasileños, quienes a su vez se lo llevaron hacia el otro lado de la frontera para presionarlo para que consiguiera al menos el valor del fusil que perdió a manos de los militares.
Según los informes, la madre del secuestrado tuvo que enviar desde España 6.000 dólares para que su hijo fuera liberado, aunque este también habría dejado como garantía una camioneta.
Nelson, entonces, fue liberado el jueves de noche y rescatado por la Policía Nacional de Paraguay cuando cruzó el Puente de la Amistad hacia Ciudad del Este.
Tras su reaparición, Nelson Benítez González declaró ante la fiscala Zunilda Ocampos y, básicamente, contó cómo transcurrieron los hechos.
Otros protagonistas
Además de admitir que su secuestro fue motivado por el tráfico de armas, Benítez González facilitó la detención de otro supuesto pasero paraguayo, Fernando Delvalle (35), quien presuntamente fue el que lo delató y contó a los militares sobre el envío de los fusiles a través del lago Itaipú rumbo a territorio brasileño.
Igualmente, el joven liberado reveló que el que en realidad habría tomado el trabajo de llevar las armas hacia la nación vecina es su primo Christian David Caje Benítez (30). Este último desapareció desde el momento en que supo que los militares habían entregado a su primo Nelson. El militar Gilberto Espinoza se entregó ayer de tarde en Ciudad del Este, tras presión de la Policía.