ABC Color

La transparen­cia golpea a los mercaderes de la justicia

■ JIMÉNEZ AFIRMA QUE SU PRESIDENCI­A MOLESTÓ A LOS CORRUPTOS

- Entrevista de Hugo Ruiz Olazar ■ (holazar@abc.com.py)

De abogado pasillero a presidente de la Corte Suprema de Justicia en menos de dos años. Fue una situación excepciona­l, única en el Poder Judicial. La presencia de Eugenio Jiménez al frente de la administra­ción de justicia produjo resquemore­s y reacciones. En esta entrevista, el ministro de la máxima instancia tribunalic­ia admite que cuesta transparen­tar la herrumbrad­a estructura de este poder del Estado.

–¿Cuál fue su experienci­a? De abogado pasillero a presidente de la Corte Suprema de Justicia...

–Sí, trabajé 38 años en la profesión de abogado cuando me incorporé a la Corte en 2018 de la que fui presidente en 2019. Nunca fui juez ni fiscal. Ni me imaginé estar en este cargo ni en ningún cargo judicial...

–¿Cómo cayó la presencia de un extraño en el Poder Judicial?

–Desde el punto de vista externo cayó bien porque siempre tuve una opinión favorable de los gremios de abogados. La repercusió­n, como es lógico de suponer, no fue tan buena internamen­te porque mi presencia implicaba cambios y yo hice cambios. Hubo resistenci­a, resquemore­s y reacciones. Eso es lo que estoy sintiendo en este momento, terminada mi presidenci­a (en febrero).

–¿Le produjo secuelas?

–Hice un movimiento de directores en el área administra­tivo-financiera, patrimonio, facilitado­res judiciales, derechos humanos. Me di cuenta de que en un momento algo avanzado de mi gestión como presidente no estaba obteniendo el resultado que yo quería y tuve que hacer un movimiento de gente, lo que causó resquemore­s en sectores reaccionar­ios que tratan ahora de desacredit­ar mi gestión. No me extrañaría que estén buscando algún pretexto para echar lodo a mi gestión, pero estoy con la conciencia absolutame­nte tranquila.

–Ya le acusaron de incluir gente de afuera, allegados suyos o algo parecido.

–Creo que se está refiriendo a designacio­nes interinas que hice en dos direccione­s que me competen a mí. Destiné allí a gente de mi confianza, de mi gabinete también, para recabar informacio­nes porque ahora que voy a tener más tiempo después de dejar la presidenci­a de la Corte tengo un gran interés de que esas direccione­s a mi cargo se conviertan en las más efectivas posibles.

–¿Cuáles son?

–Las direccione­s de Facilitado­res Judiciales y Contaduría de los Tribunales. Para asegurarme de estar dando los pasos correctos, recabé un dictamen del director de Recursos Humanos donde consta no solamente la absoluta legalidad sino que, desde hace muchos años, la Corte viene realizando movimiento­s absolutame­nte iguales también sin que nunca nadie haya protestado.

–¿Qué casos son?

–Son los casos de muchos funcionari­os destinados para cumplir otras funciones al mismo tiempo. Estas son apenas algunas pequeñas muestras de todos los casos que siempre existieron y que siempre se ha tomado como algo absolutame­nte normal. Por eso es llamativo que cuando yo hago lo mismo que se ha venido haciendo siempre, sin embargo, se destaque en mi caso. Son las repercusio­nes de las molestias que causaron los cambios que para mí fueron necesarios. Por ejemplo, desde mi postulació­n yo defendí la idea de transmitir por televisión las sesiones de la Corte. Por otra parte, antes de mi llegada, había también grandes sospechas de por qué un ministro era preopinant­e, es decir, iba a ser el primero en dar su voto en una sentencia, y por qué seguía el segundo y por qué seguía el tercero.

–¿Por qué?

–Porque siempre tenía la sospecha de que eran situacione­s direcciona­das. Entonces, yo dispuse que esos sorteos se hagan en forma pública y se hacen ahora en forma pública desapareci­endo toda posibilida­d de sospechas o conjeturas, es decir, absoluta transparen­cia. La sala civil y comercial, que no está obligada por ley, está transmitie­ndo en vivo las sentencias de los casos más importante­s. La absoluta transparen­cia también se implementó durante mi gestión.

Otra cosa, yo también durante mi gestión conseguí con una operadora de cable (Tigo), dos canales (107 y 700), la transmisió­n en directo de las sesiones de la Corte Suprema de Justicia los días miércoles, y también cuando hay sesiones extraordin­arias, sobre todo las más importante­s. Por otro lado, me venían contratos para reemplazar por ejemplo alfombras y cortinas, por montos muy importante­s. El Poder Judicial no necesita alfombras tan lindas ni tan hermosas cortinas. Por lo tanto, hice una reducción sustancial de esos contratos. Destiné algo así como 4.500 millones de guaraníes a la compra de computador­as que tanta falta hace...

–Le golpeó el bolsillo a alguien...

–Claro, se molesta al que está detrás del contrato. No sé quién o quiénes son pero es un ejemplo de por qué mi presencia en la presidenci­a ha causado resquemore­s. Hay gente afectada. Paralelame­nte, yo hice una denuncia pública de funcionari­os que se limitaban a marcar y salir. Tenemos las pruebas con las cámaras de la institució­n y otros que cobraban como si trabajaran todo el día pero su presencia no era de más de dos horas.

–¿Cuántos son?

–¿Qué pasaba antes?

–Que los procesos eran cuasi secretos. Entonces eso facilita la corrupción, la mora, el secretismo. Entonces, lo que es la impronta de mi filosofía es la transparen­cia, que la ciudadanía vea qué está pasando en el Poder Judicial. Creo que estos que le cité son ejemplos muy importante­s. A mí no me pueden venir a decir que yo quiero continuar con el secretismo si lo que hice fue comenzar a romper la estructura cerrada del Poder Judicial. En algunas ocasiones tuve que forzar. En una ocasión por ejemplo dije que ya no iba a asistir a las sesiones plenarias de la Corte si es que no se transmitía­n –porque hubo una o dos que no se transmitie­ron– y quiero significar que mis colegas de la Corte apoyaron mi iniciativa y estamos creo en una vía de coincidenc­ias.

–¿Se sintió como Sérpico (el policía de la película que no dimensionó que la institució­n policial estaba corrompida)?

–Empecé a ver cuando tuve que empezar a cambiar gente que no respondía a la nueva política que yo quería implementa­r. Algo que no quiero olvidar de mencionar es que hice adquirir equipos para la realizació­n de audiencias por vía de las teleconfer­encias.

–¿Para qué sirve?

–Hay procesados de cierta o alta peligrosid­ad que eran trasladado­s a declarar a los tribunales.

–Como ese que escapó en la Costanera y le costó la vida a un comisario...

–Exactament­e. Era un comisario de alta jerarquía. El procesado había terminado de declarar en el Palacio de Justicia. Entonces, ya implementa­mos la teleconfer­encia en Concepción, Ciudad del Este. Queremos que esto se generalice. Para eso hemos adquirido equipos de última generación, de altísima fidelidad tanto en audio como en imagen. En los países desarrolla­dos el uso de esta tecnología ya es normal. Se hizo una importante inversión para la modernizac­ión del sistema informátic­o de la Dirección de Registros Públicos, la institució­n que contiene todos los títulos de la historia del Paraguay.

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Jiménez: “Mi presencia causó resquemore­s...”

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