La familia de Marlene Hug, hasta ahora, sostiene que el condenado Jorge Cuba es un chivo expiatorio y que el verdadero responsable de la muerte de la joven es el libanés Khaldoun Jbara.
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Sin embargo, el testimonio clave gracias al cual fue condenado a tres años y medio de cárcel el joven Jorge Ramón Cuba Seutín fue justamente el del dueño de la despensa, Juan Navarro.
Este reveló que Cubita apareció en su negocio unos
Policía, no les enseñara a los agentes los vídeos de su sistema de circuito cerrado. El joven aparentemente sabía que una cámara de dicho establecimiento lo había grabado cuando llevaba a la fuerza a Marlene en su motocicleta.
El despensero comprendió lo que había pasado recién al día siguiente, cuando se enteró de que una joven había sido hallada tirada a un costado del asfalto, a 400 metros de su negocio. Era la misma chica que Cubita transportaba en su motocicleta la noche anterior.
Convencido por sus familiares, el despensero aportó el trascendente testimonio condenatorio.
Lo que presuntamente pasó es que Marlene se tiró o se cayó de la motocicleta de Cubita, tras pasar sobre una lomada, y el joven la dejó abandonada. Por eso es que lo sentenciaron a tres años y medio por homicidio culposo y omisión de auxilio.
Marlene fue socorrida aquella noche en el Hospital Regional de Encarnación. Increíblemente, al día siguiente le dieron de alta.
Como había sido tenía severos golpes internos, sus familiares la llevaron de nuevo al nosocomio al presentar complicaciones. Finalmente, entró a terapia y murió el 1 de febrero de ese año 2018.
El libanés con quien se iba a encontrar la chica fue el primer sospechoso. Estuvo encarcelado un tiempo, aunque por falta de pruebas recuperó su libertad.
El ahora condenado, Jorge Ramón Cuba Seutín, alias Cubita, fue detenido un mes después de la muerte de Marlene, aunque salió en libertad bajo medidas mientras continuaba la investigación.
De hecho, hasta ahora sigue libre, porque el Tribunal de Sentencia de Encarnación que lo condenó determinó que regrese a prisión recién cuando la sentencia quede firme.
El Tribunal fue presidido por la jueza Diana Arana de Uzuca e integrado por sus colegas Julio Acuña y Gustavo Arzamendia.
El Ministerio Público podría apelar la condena, ya que se pidieron siete años.