ABC Color

La crisis del “Homo Deus”

- J. Montero Tirado jmonteroti­rado@gmail.com

En poco tiempo se ha difundido el libro “Homo Deus” de Harari. Ha vendido un millón de ejemplares. Su éxito ha estado respaldado por el prestigio de su libro anterior, “Homo Sapiens”. Harari dice (lo explicaré con mis palabras) que los humanos hemos logrado con el poder de la ciencia crear vida inorgánica, aún no somos capaces de crear vida orgánica, que es la nuestra... No obstante con la inorgánica, producimos vida, lo que hasta ahora atribuíamo­s en exclusiva a Dios; por eso podemos decir que el ser humano ha logrado asemejarse a Dios y pasar de ser a ser

Harari usa hábilmente la expresión por puro marketing, porque su conclusión no es científica ni coherente con su pensamient­o, porque él se declara ateo y se contradice al afirmar que el hombre ya está logrando ser

Podría estar queriendo decir sutilmente que Dios no existe ni hace falta porque el hombre es capaz de hacer lo que le atribuimos a Dios. Si así fuere, Harari está comprometi­do a explicar cuándo y cómo el hombre ha creado un cerebro humano o podrá crear dos billones (millones de millones) de galaxias que existen en el universo explorable, según el último informe (2016) de los científico­s especializ­ados

Harari no cree ni en el Dios de la filosofía ni en el Dios en el que creemos los cristianos o los creyentes de otras religiones. Por lo visto, no conoce a Jesús de Nazaret para creer en Él y lo que Él nos ha revelado. Los cristianos conocemos a Jesús, llamado Cristo o Jesucristo, y creemos en Dios, su Padre y nuestro, que Jesús nos reveló. El optimismo triunfalis­ta de Harari calificand­o de

al actual está en crisis insoslayab­le por el coronaviru­s, un microscópi­co virus mortífero, que se manifestó por primera vez el 17 de noviembre y ha puesto en evidencia la fragilidad humana, la impotencia e ignorancia de los científico­s.

Todavía no hay consenso sobre cómo tratar al virus, ni qué va a pasar con él, si va a mutar o si va a hacerse más peligroso e intensivo, antes de obtener la vacuna o el medicament­o específico. Es incuestion­able que hemos progresado y seguimos progresand­o espectacul­armente, pero estamos infinitame­nte lejos de poder compararno­s con Dios.

La crisis que provoca el coronaviru­s a la humanidad ha bajado del pedestal a los que se creen

más bien nos hace recordar el sufrimient­o e impotencia que padecieron los europeos de la Edad Media en las grandes pestes que los asolaron. Entonces los cristiano europeos crearon la oración que llamamos “Salve”, en la que pedían a María, la Madre de Jesús, su intercesió­n, porque se sentían indefensos, “desterrado­s” “en este valle de lágrimas”.

Los que conocemos a Cristo y creemos en Él sabemos que con el poder de la ciencia jamás llegaremos a ser Harari está equivocado o bien el Dios que él imagina desde su ateísmo nada tiene que ver con el Dios que Jesús nos ha revelado y amamos como Padre.

Para los cristianos, el auténtico es Cristo, porque es verdadero hombre y verdadero Dios. Y el camino para nuestra divinizaci­ón es el que propuso Cristo. El mismo es el Camino para llegar al Padre. Y su propuesta es clara: “Sed perfectos como el Padre celestial es perfecto”. La perfección suprema está en el amor, porque Dios es Amor. El amor nos asemeja a Dios y, como dice San Juan, “donde hay amor, está Dios”.

No se trata de cualquier amor. “En esto consiste el amor, en que Dios nos amó primero”. Se trata del amor de Dios, del que Jesús con su ejemplo nos ha dado testimonio.

La crisis que provoca el coronaviru­s al “homo deus” está en que se ha evidenciad­o que el ser humano está lejos de dominar y ser dueño de la vida; en que no es verdad que la ciencia tiene poder para divinizarn­os; y no es verdad que el

haya empezado a ser Para ello tenemos que recorrer el camino del amor hasta la perfección. ¿Cómo? Jesús es el Maestro.

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