Aspectos que todavía se ignoran sobre el virus
Vigilado e investigado por científicos de todo el mundo, el nuevo coronavirus, responsable de la actual pandemia de covid-19, sigue planteando muchas incógnitas, tres meses después de su aparición en una región de China antes de su propagación alrededor del planeta.
PARÍS (AFP). son más otras.
–¿Por qué es benigno para unos y gravísimo para otros?
–La extrema variabilidad de su impacto entre los pacientes no deja de sorprender.
Los resultados publicados en la revista médica británica The Lancet mostraron que los enfermos graves eran de “mucha mayor edad”, con una concentración de virus de “alrededor 60% veces más alta” que entre los pacientes poco afectados.
–¿Se debe esto a una reacción inmunitaria insuficiente debido a la edad o bien es consecuencia de una exposición a dosis más elevadas del virus?
–Los estudios sobre el sarampión
Algunas interrogantes profundas que mostraron que la gravedad estaba relacionada con la dosis de exposición inicial al virus. Se ignora cuál es la respuesta para la covid-19.
–¿Suspendido en el aire?
–Se ha establecido que el coronavirus se transmite por contacto físico y por vía respiratoria. Por ejemplo, mediante las gotitas de saliva expulsadas cuando un enfermo tose.
–¿Puede circular en suspensión en el aire como la gripe?
–Un estudio estadounidense publicado en el New England Journal of Medecine muestra que el nuevo coronavirus puede sobrevivir en laboratorio hasta tres horas en forma de partículas en el aire. Pero se desconoce si esta facultad se reproduce en la vida real y si desempeña un papel importante en la transmisión de la enfermedad.
–¿Por qué no afecta prácticamente a los niños?
–Los niños prácticamente no están afectados por la covid-19 y, salvo excepciones, cuando desarrollan síntomas en general son leves.
Un estudio chino publicado en la revista Nature entre 10 niños contagiados constató que ninguno de ellos enfermó gravemente, con síntomas limitados al dolor de garganta, tos y poca fiebre.
Según el mismo informe, los niños que viven con personas enfermas tienen entre dos y tres veces menos posibilidades de contagiarse que los adultos. Se desconoce por qué, pero el mismo fenómeno sucedió con la epidemia del SARS.