Amplio e infructuoso operativo para buscar cuerpo de “Yuyú”
Cuatro fiscales, 180 policías y una cuadrilla de bomberos efectuaron ayer el operativo de búsqueda más grande de la niña francesa Juliette Le Droumaguet, en el predio y alrededores del condominio cerrado Monte Pacará de Emboscada. La reacción de un perro rastreador abrió una ventana de esperanza en un momento dado, pero después surgió de nuevo la desazón.
La nueva búsqueda fue dirigida ayer por los fiscales Carlos Maldonado y Gedeón Escobar (ambos de Emboscada), María Irene Álvarez (de Crimen Organizado) y Lorenzo Lezcano (de Asunción).
El gran rastrillaje, a su vez, fue ejecutado por 180 agentes de la Dirección de Policía de Cordillera, de los departamentos de Investigaciones de Cordillera, Central y Asunción, así como de las unidades especializadas de Criminalística, Crimen Organizado, Antisecuestro, Homicidios, Interpol, Antiabigeato y Departamento de Bosques y Asuntos Ambientales (Deboa).
También participaron elementos de la Fuerza de Operaciones Policiales Especiales (FOPE) y de la Compañía de Canes de la Agrupación Especializada.
El perro Rocky, de la última dependencia policial citada, fue el que abrió una ventana de esperanza ayer de siesta, al reaccionar con ladridos de alerta cuando lo metieron a un galpón en construcción, donde había sido filmada días antes de su desaparición la pequeña Juliette, ocurrida a su vez el miércoles 15 de abril último.
El sitio en el que el perro se mostraba inquieto es el mismo en el que dormían las dos cabras que desaparecieron al mismo tiempo que Juliette, aunque los animales fueron hallados tres días después en un paraje a ocho kilómetros de distancia.
Ante la reacción del perro Rocky, los bomberos empezaron a cavar en el mismo lugar donde habían sido filmadas la niña y las cabras.
Incluso, cuando los bomberos estaban trabajando, el animal seguía inquieto, por lo que por un momento se pensó que Juliette podría haber sido enterrada en el sitio.
Sin embargo, luego de una minuciosa búsqueda, fue descartado el hallazgo de evidencias, con lo que a su vez se diluyó la última gran esperanza que había de al menos localizar el cuerpo de la pequeña.
No se contradicen
Para los investigadores, es claro que el padrastro de Juliette, el alemán Reiner Helmut Oberüber (55), sabe mucho más de lo que cuenta. También hay serias sospechas de encubrimiento sobre la propia madre de la criatura, Lilian María Zapata (33). Ambos se hallan encarcelados e imputados por violación del deber de cuidado y de educación y por abandono.
Una estrategia del equipo investigador, justamente, consistía en conseguir el encarcelamiento de la pareja para presionarlos, llevarlos al límite de sus capacidades y así obtener una confesión de lo que saben.
Sin embargo, los propios policías reconocen que el alemán y la paraguaya se mantienen firmes en sus versiones originales y que aún no cayeron en ninguna inconsistencia.
Al menos sostienen lo mismo que dijeron desde un principio, aunque ello no implica que sean creíbles sus coartadas.
Otro elemento que favorece al padrastro y a la mamá de Yuyú es que el extracto de llamadas no revela movimientos inusuales.
Todas las conversaciones telefónicas que tuvieron antes y después de la desaparición de la niña fueron cotejadas.