Pandemia de odio
Quemaron ruedas. Provocaron incendios. Apedrearon la casa de una señora. Armaron un grupo de whatsapp para expulsar a un joven por la fuerza del barrio a como diera lugar. Levantaron murallas en el camino. Atacaron con botellas un ómnibus... De aquí a más violencia y más odio contra los que se van contagiando, ¿cuál será el siguiente capítulo?
¿Puede haber más miserabilidad que pelear la guerra contra un virus mortal, en soledad, con miedo a la muerte, y encima enfrentar el odio de los demás?
Fue escalofriante la primera noche que oímos de estos estallidos de violencia, odio y miedo en un audio público del ministro Federico González, asesor de Asuntos Internacionales de la Presidencia. La epidemia en Paraguay recién empezaba.
El viernes pasado el secretario general de las Naciones Unidas el portugués António Guterres expuso con crudeza las acciones que provocan tan violentas reacciones.
Debemos frenar y contrarrestar el discurso de odio que se está extendiendo a la par que el covid-19. “Debemos actuar ahora para fortalecer la inmunidad de nuestras sociedades contra el virus del odio”. “La pandemia sigue desatando una oleada de odio y xenofobia, buscando chivos expiatorios y fomentando el miedo”. “Ahora necesitamos hasta el último ápice de solidaridad”. “Y pido a todas las personas que, dondequiera que estén, se opongan al odio, se traten con dignidad y aprovechen cualquier ocasión para propagar la amabilidad”.
Se está viralizando el odio que se propaga más rápido que el virus. El miedo pone más vidas en riesgo y es ayudado por la desinformación. Se hacen correr falsedades que se convierten en veneno que se esparce e inyecta. El conjunto de mentiras que pretende asustar, espantar y paralizar está siendo llamado “infodemia”: la sobreabundancia informativa falsa que solo puede combatirse con ciencia y razón.
Mientras escribía esta columna, un amigo doctor me envió por whatsapp una placa que estaba corriendo ayer sábado. Era una absoluta descontextualización donde se atribuía al Dr. Guillermo Sequera pronósticos catastróficos para las próximas semanas y hasta cuantificación de supuestos muertos. Y le dieron un título más apropiado para una pruebera de San Juan.
Sin embargo, si al mismo tiempo que esto se estaba esparciendo por redes y grupos de whatsapp uno acudía a un medio de prensa, podía leer una información exactamente contraria: “Sequera afirma que Paraguay está próximo a salir del escenario catastrófico del coronavirus”.
Nos necesitamos unos a otros en la salud, en la enfermedad y en la economía. Nos necesitamos en el plato de comida de cada día, en las mascarillas, en el lavado de manos. Preocuparnos y ocuparnos por los familiares, vecinos y amigos. Gentileza y solidaridad, amabilidad y empatía, un poco de alegría y esperanzas no nos va a matar. Y cada vez que recibamos algo dudoso, usemos los dedos. Se pulsan unas teclas, unas letras, se chequea y se comprueba. Al hacer correr falsedades estamos disparando un arma que va matando.
El odio nos matará antes que el covid-19.