Sin contagiados
Los pobladores del Alto Paraguay por primera vez parece que sacan ventaja de la situación de aislamiento en la que viven desde hace décadas. Es que esta realidad podría ser la principal causa del porqué aún no se tienen casos de personas contagiadas con covid-19 en el departamento, al igual que Presidente Hayes, ambas ubicadas en la Región Occidental o Chaco paraguayo.
Las poblaciones se encuentran bastante alejadas del resto del país y es grande la distancia entre las comunidades ubicadas en el departamento del Alto Chaco.
La circulación de personas de otras zonas del país es casi nula, atendiendo la paralización del transporte público de pasajeros, y por sobre todo por el riguroso control que implementaron grupos de ciudadanos organizados en sus respectivas localidades. Los pobladores prácticamente se convierten en verdaderos guardianes y custodios de la seguridad de las familias.
Sucede que el riesgo de posibles contagiados en el departamento podría resultar fatal atendiendo la precariedad de los hospitales de la zona en los que no se cuenta con salas de terapias, ni siquiera con respiradores mecánicos.
Por de pronto las personas que viven por estas lejanas poblaciones, más que preocuparse por la situación de aislamiento se concentran en evitar que ingrese gente de otras localidades de nuestro país.
La asistencia de parte del Estado y de personas
solidarias en la provisión de alimentos se realiza casi de manera permanente.
En ese sentido, podemos mencionar que recientemente la Gobernación de Alto Paraguay distribuyó más de 5.600 kits de víveres a las familias residentes en el departamento. Cada bolsa pesa 20 kilos y contiene productos variados, como fideo, arroz, yerba, aceite, harina, sal, poroto, azúcar, entre otros. En total fueron entregados 112.000 kilos de alimentos, de acuerdo a los datos.
La situación parece estar controlada en el departamento, al menos en lo que se refiere al tema alimentario.
Los pobladores del Alto Paraguay una vez más confirman la frase de varias personas de la zona: “Estamos en manos de Dios”. Ojalá que esta bendición perdure hasta el final de la pandemia, porque si de cobertura sanitaria dependiéramos, la cuestión sería realmente catastrófica.