Obispo cuestionó la verdad sobre las causas del covid
CAACUPÉ, Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Durante la celebración litúrgica realizada ayer en la Basílica de Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela sostuvo que se vive en un mundo lleno de mentiras aberrantes, “mentiras en el campo social, en la política, con un lenguaje de medias verdades y apariencias insostenibles desde el punto de vista racional”.
Al respecto mencionó: “¿Se nos ha dicho la verdad a nivel mundial de las causas de este terrible virus? ¿No estarán los países causantes escondiendo la verdad y disfrazando las noticias con la mentira? Si todos siguiéramos a Cristo-Verdad, estaríamos más serenos y esperanzados”.
Monseñor Valenzuela fue tajante al afirmar que “en estos momentos de pandemia, nuestros gobernantes deberían tomar con mucha seriedad todas las situaciones sospechadas de corrupción, para que la ciudadanía no pierda la confianza en sus autoridades, ya que algunos van por caminos equivocados”, dijo.
El obispo se refirió también a las mentiras aberrantes que giran en torno a ciertas cuestiones éticas. “Basta mirar nada más lo que se nos vino encima con la ideología del género y que nos obligan a aprobar y aceptar como natural en los colegios y en la sociedad. Mentiras que tantas veces encubren la cobardía, la manipulación del género humano y el atentado contra Dios Creador”, apuntó.
Añadió asimismo que “¿los que aprueban, promueven, aplauden y hacen el aborto y la eutanasia y los mil experimentos genéticos que ofenden la dignidad de la persona humana siguen acaso las enseñanzas de la
Iglesia?
El obispo también se refirió al hecho de que muchos dicen que la pandemia es una maldición de Dios, al respecto dijo: “No podemos dejar de hablar aquí del problema del coronavirus que está matando a tantos de nuestros hermanos. ¿Qué estará pensando Cristo-Vida de todo esto? ¿Acaso Él lo ha querido? ¡Eso, nunca! El causante de todo esto es el hombre, la malicia del hombre que no sigue ni acepta a Cristo. Cada uno de nosotros tendrá que rendir cuentas ante Dios de todos sus actos”, sentenció.