El Paraguay no se ha independizado hasta ahora de la corrupción.
Se cumplen hoy 209 años de aquella noche en que nuestros próceres decidieron alzarse en armas contra el poder colonial español y dar a nuestra nación su independencia política. Liberado de las cadenas de opresión colonial, el Paraguay inició su larga marcha en pos de la preservación de su libertad y de su integridad territorial escribiendo con sangre, sudor y lágrimas una épica historia admirada por el mundo entero. Pero así como la preservación de nuestra independencia e integridad territorial nos confrontó con el desafío de defenderla a capa y espada contra la ambición foránea, también la presente crisis nos impone preservar la independencia moral de nuestra nación contra el acecho, no ya de enemigos externos, sino de la caterva de ladrones de cuello blanco que desde los altos puestos de la administración pública se han lanzado a una feroz arrebatiña de los caudales públicos.