Calificadora S&P advierte sobre elevado déficit e incremento de deuda pública
La calificadora Standard & Poor´s insta a un compromiso del Gobierno para la consolidación fiscal pospandemia. Si bien mantuvo la nota de riesgo país en “BB estable”, advirtió sobre el ritmo acelerado de la deuda y el elevado déficit a la raíz de las políticas para hacer frente al covid-19.
Según estimaciones de la calificadora internacional, el déficit fiscal probablemente se incremente al 6% del producto interno bruto (PIB) en este 2020, desde el 3% al que llegó en 2019, a medida que la recesión reduzca los ingresos tributarios y el Gobierno aumente el gasto en bienes y servicios de salud.
Este déficit se financiará mediante emisiones externas y la deuda oficial, de acuerdo con lo establecido por la Ley de Emergencia para hacer frente al covid-19. El congreso suspendió el límite de la Ley de Responsabilidad Fiscal (que limita el déficit fiscal a no más de 1,5% del PIB), en el marco de la emergencia sanitaria.
Las cuentas fiscales se deterioraron en abril hasta un déficit fiscal de 4,4% del PIB desde -3,1% en marzo, por el aumento del gasto y una fuerte caída real de la recaudación tributaria por la recesión y el diferimiento del pago de impuestos.
Las cuentas externas mejoraron en el margen debido a que la caída de las importaciones
fue mayor a la merma de las exportaciones. “Esperamos que el Gobierno se mantenga comprometido con la consolidación fiscal de mediano plazo mediante la adopción de medidas fiscales correctivas a medida que la economía se recupera de la recesión”, refiere la S&P en un informe.
Deuda actual
En lo que respecta al endeudamiento, actualmente supera los US$ 10.000 millones y ronda el 26% del PIB. El gobierno había aprobado un paquete fiscal equivalente al 4% (US$ 1.600 millones) del PIB en marzo pasado, que incluyó transferencias directas de dinero a individuos, reasignación del gasto al cuidado de la salud y la suspensión temporal de impuestos.
La citada calificadora proyecta una caída del 2,5% del PIB por impacto de la desaceleración global a raíz de la pandemia y tras un año de crecimiento cero en 2019, debido a una fuerte sequía, inundaciones y acentuada incertidumbre
Para la consultora internacional Standard & Poor´s, el bajón de la demanda de bienes y productos en el mercado local por el deterioro de los ingresos de los ciudadanos influirá en una desaceleración de la inflación o reducción de precios en ciertos artículos de la canasta familiar.
La citada consultora espera que la inflación se sitúe en la mitad de la meta del Banco Central del Paraguay (BCP), o sea, en alrededor del 2% este año y volver al 4% hacia el 2022, lo que sugiere un compromiso creíble con la política y expectativas bien ancladas de inflación.
En abril último se registró una variación del -0,2% en el Índice de Precios del Consumidor (IPC), con lo que la tasa acumulada al primer cuatrimestre del año llegó a solo 0,2%, según datos del BCP.
Desde la adopción del régimen de metas de inflación en 2011, nuestro país pudo mantenerla en línea con el objetivo de la banca matriz, según refiere el informe de S&P.
La calificadora internacional sostiene finalmente que la dolarización en la economía todavía es elevada, lo que representa un riesgo debido a una estructura económica que está estrechamente vinculada con el sector externo.
Sostienen que tales niveles de dolarización continúan limitando la flexibilidad monetaria.
política. No obstante, para el 2021 proyectan que la economía se recuperará rápidamente, gracias a las mejores perspectivas agrícolas y recuperación de la demanda externa.
A pesar de algunas mejoras en el frente económico e institucional, S&P considera que la implementación
general y efectiva de la formulación de políticas siguen siendo débiles y que la capacidad institucional limitada continúa restringiendo el desarrollo económico y humano del Paraguay.
Alegan que la percepción de corrupción se mantiene relativamente elevada y refleja el débil tejido institucional del país. Actualmente, casi el 24% de la población paraguaya vive en la pobreza, mientras que la esperanza de vida al nacer es inferior al promedio latinoamericano. Además, mencionan, que el país posee bajas calificaciones en los otros índices como Indicadores Mundiales de Gobernabilidad, tales como la efectividad del Gobierno y el estado de derecho.
En un peor escenario donde se perciba un mayor deterioro de las cuentas fiscales y económicas, de lo proyectado para los próximos 12 a 18 meses, S&P podría considerar bajar la calificación del país.
En cambio, en un mejor escenario, donde se observe una formulación de políticas más efectiva, con un fortalecimiento de las instituciones públicas y de la gobernabilidad, con mayor previsibilidad y transparencia de las decisiones de políticas, así como una mayor diversificación de la economía podrían mejorar la evaluación institucional del país para el futuro.