Siguen disponibles bonos por US$ 500 millones, gran parte para deudas
El Gobierno tiene aún disponible más de US$ 500 millones de fondos provenientes de los bonos soberanos que fueron emitidos bajo la ley de presupuesto en los últimos tres años (no incluye ley de emergencia), pero la mayor parte es para pagar deudas, según datos del Ministerio de Hacienda.
El informe de la cartera revela que estos fondos de bonos soberanos están distribuidos de la siguiente manera: US$ 395,28 millones para el Ministerio de Hacienda, que destinará para el pago de los vencimientos de la deuda pública y aporte de capital a organismos financieros internacionales.
Además, US$ 81,81 millones se prevé para el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), para la ejecución de obras de infraestructuras; así también US$ 23,21 millones para el Ministerio de Urbanismo Vivienda y Habitat MUVH), que se encarga de desarrollar viviendas sociales.
Estos recursos provienen de remanentes de las emisiones de 2018, 2019 y casi el total de lo realizado en 2020, de cuerdo con los datos al 31 de marzo que dispone la cartera fiscal.
El informe de situación financiera al primer cuatrimestre elaborado por Hacienda señala que para las inversiones en dicho periodo se utilizaron bonos por un monto de US$ 35,1 millones, lo que representó el 12% del financiamiento total.
En este periodo, las obras se llevan a cabo principalmente con fondos de préstamos de organismos financieros internacionales.
El plan de reactivación económica pospandemia, que fue revisada por el Equipo Económico Nacional (EEN), apunta a movilizar los proyectos de inversión pública con mayor impacto en el empleo.
La propuesta analizada implicará acelerar las obras como el corredor vial Botánico, las plantas de tratamiento y alcantarillado en las áreas urbanas, las obras de transmisión eléctrica y la construcción de viviendas sociales.
Se estima, de acuerdo con el informe del EEN, que con esto se podría ejecutar unos US$ 1.200 millones en el segundo semestre del año y permitiría la creación de “cuanto menos 124 mil puestos de trabajo”.
La expectativa, sin embargo, contrasta con la lentitud y burocracia que caracteriza a las instituciones públicas para la ejecución de las obras y más si los fondos no están aún asegurados (no se dio a conocer como se financiará).
A modo de ejemplo, el año pasado ante la desaceleración económica que vivió el país, el Gobierno lanzó un plan con fuerte énfasis en la inversión en obras públicas y viviendas por un monto que llegó a los US$ 1.500 millones, pero finalmente la reactivación no ocurrió como se esperaba.