Adoptemos Paraguay
Ni nosotros los ciudadanos –ni muchos del mismísimo gobierno– estamos dimensionando que la principal estrategia de defensa del Paraguay contra el covid-19, ahora mismo, son los albergues.
La gran mayoría de los casos positivos han venido del exterior: de los casi 600 casos en Paraguay, unos 400 están vinculados al extranjero. Los ALBERGUES son LA CLAVE ahora mismo. Si no se hubiera obligado a este confinamiento en 52 albergues a unos 3.500 compatriotas, TODOS LOS CASOS y sus propagaciones respectivas estarían recorriendo las regiones Oriental y Occidental del Paraguay.
Los paraguayos que trabajaban en el extranjero enviaron el año pasado unos 555 millones de dólares a sus familiares. Estas remesas han dinamizado nuestra economía históricamente y, según expertos, 3 de cada 10 familias recibían este dinero. Ahora que volvieron o quieren volver, ¿ya no son importantes… o ya no son paraguayos? “Llevalos a tu casa, llevalos a tu barrio”, me escribieron el otro día. Los entiendo, hubo momentos de mi propia ignorancia en que el miedo a la muerte me paralizó pensando en mis hijos de alto riesgo.
Pero… hoy día sabemos más que al principio. Aprendimos que si vamos caminando por allí, el virus no está volando como pandorga; que disminuimos los riesgos si nos cuidamos lavándonos las manos y manteniendo distancia. Aprendimos que si tomamos contacto con otro ser humano y ambos usamos mascarillas, el riesgo de contagio baja exponencialmente. Que dormir en una misma ciudad no nos va a enfermar.
Llegó el momento de adoptar a nuestros compatriotas acunando albergues. Con locales adecuados, recursos médicos, nutricionales, esparcimiento y DIGNIDAD a la que tienen derecho los paraguayos hombres, mujeres, niños y niñas, y hasta bebés que terminan recluidos. Llegó el momento de mirar el problema y no usar lo que nos sobra como si el milagro de la multiplicación de los panes generara insumos. No podemos apostar a que coman, tengan leche o pañales solamente si sobra del presupuesto destinado a militares, estudiantes agropecuarios, policías, fiscales, médicos u otros funcionarios públicos que los están cuidando.
ACADEMIL ha sido albergue motivo de orgullo para el país; en el trato, las provisiones, el esfuerzo y el humanismo… pero no nos engañemos. Del otro lado, un caso que hemos podido confirmar se dio con compatriotas en la Escuela Agromecánica de Caacupé. Los primeros días, fue impecable pero, la copia de whatsapp que tenemos en nuestras manos prueba que un miércoles de tarde a las 4:57 pm le reclamaron a un tal Luis Benítez que ya llevaban dos días sin nada para comer de tarde –y aparentemente sin cena también–. La respuesta no se hizo esperar: “Mañana le envío hoy es el cumpleaños de Ferreira muy temprano se fue disculpa”.
Si quiere pensar egoístamente, piense que arrinconando el virus y obligándolo al confinamiento en albergues, es la estrategia que lo está protegiendo ahora mismo a usted y a su familia para no convertir al país en un gigantesco hospital y en un enorme cementerio. Y si quiere pensar solidariamente, recuerde que nuestros compatriotas tienen derecho a volver, fueron obligados a irse y hoy son obligados a volver por el mismo motivo: la miseria. Adoptemos los albergues. Adoptemos Paraguay.