Al borde de un nuevo cese de pago, Argentina encara dura negociación
Al borde de un nuevo cese de pago, el Gobierno argentino busca una negociación para un canje de 66.000 millones de dólares de deuda, con un plazo límite este viernes cuando vencen 500 millones de dólares de intereses.
BUENOS AIRES (EFE, AFP). Argentina está enfrascada en una peliaguda negociación para reestructurar bonos por 66.239 millones de dólares en manos de inversores privados, pero estos no son los únicos ni los mayores acreedores del país y ese volumen de títulos ni siquiera llega a un cuarto de la deuda total de la segunda economía suramericana.
¿Cuánto y a quiénes les debe Argentina?
De acuerdo a datos oficiales, la deuda pública del país ascendía a finales de abril pasado a 323.192,6 millones de dólares, cerca de un 89,5% del PIB.
El mayor acreedor, lejos de ser los organismos internacionales o los tenedores
de bonos, es el propio Estado argentino ya que un 40% de la deuda es con agencias del sector público, un endeudamiento más sencillo de refinanciar.
Le sigue, en peso relativo, la deuda con acreedores privados, que representa un 37,3% del total.
De esta porción, la deuda bajo actual negociación es solo la de los títulos emitidos bajo ley extranjera.
En tanto, el endeudamiento con organismos multilaterales y el de tipo bilateral, con diversos países, es un 22,7% del total.
Perfil de los acreedores
Hace quince años, los acreedores privados constituían un grupo variopinto, desde bancos, fondos de inversión
y hasta miles de bonistas individuales –solo en Italia había unos 450.000 jubilados con títulos argentinos–, y muy disgregado geográficamente ya que el 38,4% de la deuda a reestructurar estaba en Argentina, 15,6% en Italia, 10,3% en Suiza y 9,1% en Estados Unidos, con porcentajes menores en Alemania, Japón y otros países.
Debido a la falta de coordinación entre los acreedores, al gran porcentaje de inversores individuales más dispuestos a aceptar un canje ante la falta de poder de negociación y de recursos para litigar y al hecho de que una parte considerable de la deuda se encontraba en las carteras de administradoras de fondos de jubilación de
Argentina manejadas por bancos con diálogo directo con el Gobierno, el resultado fue una alta adhesión a la propuesta de reestructuración.
Ahora el panorama es bastante diferente: los acreedores con los que Argentina negocia son mayoritariamente fondos de inversión, algunos muy poderosos, concentrados en Estados Unidos, coordinados entre sí y con experimentada legal.
Los actuales acreedores han conformados tres grandes grupos para hacer valer sus intereses en la negociación. asesoría