ABC Color

Memoria viviente de la Revolución de 1947

-

Don Venancio Barrios acaba de cumplir 94 años, siendo uno de los más longevos habitantes de la compañía Itá Ybaté de la ciudad de Villeta. A los 22 años de edad participó de la Revolución del 47 y estuvo en el inicio de la construcci­ón de la entonces Ruta VII en Coronel Oviedo, actual PY02.

Una de las memorias vivientes de la compañía villetana festejó su cumpleaños en aislamient­o por las restriccio­nes sanitarias. Su pérdida de la visión no le resta lucidez y todavía cuenta anécdotas a sus descendien­tes que se deleitan escuchándo­lo una y otra vez.

Don Venancio nació el 18 de mayo de 1926 en la lejana compañía de Itá Ybaté, uno de los sitios más heroicos de la Guerra Grande (1864-1870). Su padre, Francisco Barrios, casado con Margarita Medina de Barrios, era uno de los primeros agricultor­es de la zona. Venancio Barrios se casó con Evangelist­a González de Barrios, ahora fallecida. Tiene once hijos, siete son varones y cuatro mujeres. Todos ellos le dieron 45 nietos y estos 38 bisnietos, que ahora no pueden congregars­e en torno a él debido a la cuarentena sanitaria por el covid-19. Con sus 94 años es uno de los más longevos de la zona y considerad­o una reliquia viviente. Es un fanático liberal “acérrimo”, como él dice, pero cuando le cupo cumplir una misión patriótica lo hizo sin tener en cuenta bandería política.

Entre sus anécdotas cuenta que participó de la Revolución del 47 (marzo a agosto del año 1947) cuando tenía 22 años. Peleó al lado de las fuerzas gubernista­s para defender el régimen del presidente Higinio Morínigo cuando apenas había regresado del cuartel. “Intenté entrar al cuartel varias veces y fui rechazado tres años. Me rechazaban porque era muy bajito; recién a la tercera me admitieron”, cuenta al destacar que prestó servicio en el Batallón de Zapadores N° 4 Aquidabán, en el Chaco.

En la Revolución del 47 fue fusilero y estuvo bajo el mando del mayor Ceferino Vega Gaona quien, según comenta, les alentaba y arengaba sin ningún temor: “De Villeta fuimos llevados ya equipados hasta Viñas Cue y de allí subimos hacia el norte. Llegamos hasta Puerto Yvapovó adonde venían todos los soldados del Chaco”, rememora.

Sigue relatando que muchos murieron sin razón alguna, sobre todo reservista­s, y que tomaron muchos prisionero­s a quienes les salvaron la vida. “Los conscripto­s éramos muy fuertes y bravos. Salvamos a los prisionero­s al agarrarlos. Los reservista­s especialme­nte no escapaban ni de los liberales ni de los colorados, no se los quería tanto”, dice en idioma guaraní.

También cuenta que de su memoria no se borra la riqueza que había visto en la zona de Concepción, así como las bellas mujeres de esa región. “Como zapadores, palas y picos eran nuestras armas y en la Revolución fui más bien fusilero”, afirma.

Destaca la valentía del mayor del ejército Ceferino Vega Gaona, quien era excombatie­nte de la Guerra del Chaco y que era su jefe durante la revolución. “No tengan miedo, nos decía. Recorría la línea arma en mano y nos preguntaba de quién nos escondíamo­s si estábamos con la cabeza muy por el suelo. Yo voy a morir con ustedes aquí, nos decía. Fuimos

a Nueva Germania (Dpto. de San Pedro) una siesta con todas las armas y reservas, era una colonia muy linda, llena de estanciero­s. Al rato vino un sargento a decirnos que estaban cerca los revolucion­arios. El mayor Vega Gaona nos alentó para prepararno­s y estar listos con las armas porque allí íbamos a estar, vivos o con nuestras sepulturas, y él iba a morir con nosotros si era necesario”, relató.

Construcci­ón de rutas

Venancio Barrios cuenta que una de las tareas que le tocó en la vida es la de abrir caminos en distintos lugares del Paraguay. En el Chaco afirma que trabajó en la construcci­ón de un terraplena­do desde la zona de Puerto Pinasco (Dpto. de Hayes) hacia Boquerón.

Luego debió trasladars­e a Coronel Oviedo para empezar allí el destronque de árboles para la ruta hacia el Brasil. “Volvimos del Chaco después de hacer el terraplén hacia Boquerón. En plena Navidad estábamos en Cnel. Oviedo para empezar la obra y a los tres días cuando empezamos a destroncar los árboles comenzó la revolución y nos llamaron de nuevo, tuvimos que volver para pelear”.

Menciona que “el mismo presidente Morínigo nos hizo un discurso para defender el Gobierno. Nos dijo que íbamos a ir a pelear y defender a los compatriot­as e inocentes. Y nos fuimos”.

Lomas Valentinas

Entre sus recuerdos imborrable­s guarda la construcci­ón e inauguraci­ón del monumento a los Héroes de la Batalla de Itá Ybaté en Lomas Valentinas.

Relata que el monumento fue inaugurado (en 1944) por el presidente Higinio Morínigo en medio de un gran festejo que duró un día y una noche, si no es más.

Para concluir, don Venancio Barrios se pone a recitar un Emiliano-ré “jopara para”: “Nande y paraguaýpe, Angostura renondépe acorazado oîháicha iko’ê ha ipyhare Ha pe Ramona Martínez no motîri upéramo héra, odefendévo ko hetã, kuñatãi py’aguasu Amo auxilio lómo ndekuaapor­ãve ha omombe’u tetã ambuépe Alianza pypore Avei Santa Rosa, Cumbarity ha Itá Ybatére... (ha upéi ovira jey hese)”.

 ??  ?? Venancio Barrios en el patio de su vivienda de Itá Ybaté.
Venancio Barrios en el patio de su vivienda de Itá Ybaté.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Paraguay