El 30 de abril, la Dirección de Insumos Estratégicos remitió notas recomendando la rescisión de los contratos firmados con Eurotec e Imedic por incumplimiento.
nistrativa de esa dependencia, Wilma Jara.
Insumos Estratégicos fue la dirección que había generado la solicitud de equipos de bioseguridad necesarios para hacer frente a la pandemia de coronavirus.
La recomendación realizada a Velázquez se basaba en el incumplimiento sistemático de las empresas para entregar los insumos que se habían comprometido a entregar a la cartera.
Imedic y Eurotec habían sido intimadas en reiteradas oportunidades debido a que llevaban ya casi dos semanas de atraso en la entrega de insumos que figuraban en las primeras dos órdenes de compra emitidas tras la firma del contrato.
Además, para ese entonces el Ministerio de Salud Pública ya había rechazado las camas y los equipos de bioseguridad que habían llegado desde Hong Kong, China, por incumplir con los requisitos establecidos en el contrato.
Stock crítico
Insumos Estratégicos alertaba entonces a Velázquez que el stock de los equipos de bioseguridad era “crítico”.
De haber escuchado a sus técnicos ya entonces, el Ministerio de Salud podría haber generado una nueva licitación para la provisión de los insumos que las mismas autoridades calificaron en reiteradas oportunidades como “vitales” para la flexibilización de la cuarentena.
Siguieron esperando
A pesar de la recomendación de la misma dirección que había solicitado los insumos de bioseguridad, el Ministerio de Salud Pública siguió esperando y dando segundas chances a las empresas de Ferreira para entregar los equipos.
La cartera hizo oídos sordos a denuncias periodísticas sobre las irregularidades en las que se vieron envueltas las firmas y esperó una nueva partida de insumos que llegó el 14 de mayo pasado para ver si finalmente Imedic y Eurotec cumplían con sus obligaciones.
Las firmas volvieron a entregar insumos con cuestionamientos, como mascarillas a las que reimprimieron las marcas ya en territorio paraguayo.
Inicialmente, el Ministerio
de Salud llegó a alegar que las mascarillas “cumplían” con las especificaciones técnicas, hasta que apareció el informe de la Comisión Especial de Supervisión de Compras Covid-19 (CESC) alertando sobre las irregularidades de los barbijos.
Tuvo que pasar casi un mes desde el aviso de los técnicos de Salud Pública, para que Mazzoleni firmara la rescisión el pasado domingo 23 de mayo. Y fue solo por informes fulminantes de la Contraloría General, de Contrataciones Públicas y de la CESC.
Mientras tanto, todo un país aguantaba encerrado la llegada de los insumos.