Indignación
La ciudadanía quedó indignada por la compra amañada de insumos de bioseguridad para Salud Pública, dentro de la lucha contra la pandemia del covid-19. La adquisición evidenció la falta de conciencia y responsabilidad pese a estar en juego la salud del personal de blanco y lógicamente de la población del país.
La corrupción es como un cáncer que hizo metástasis en todas las instituciones públicas e incluso en los diferentes estratos sociales. Cuando la salud de la gente está en peligro por un virus que hasta ahora la ciencia desconoce la manera de combatir, aparecen nuevas irregularidades en la adjudicación de los insumos chinos. Esto es señal de cuán mal estamos en materia de conciencia porque de honestidad ni siquiera podemos hablar.
Este hecho nos retrotrae a la antigua Grecia cuando el filósofo Diógenes (412 a. C. a 323 a. C.) buscaba por las calles de Atenas con la lámpara encendida y a plena luz del día, a un hombre honesto. “Busco a un hombre honesto” decía Diógenes, pero de acuerdo al relato era imposible hallarlo en aquel entonces.
El caso de la corrupción en nuestro país sobre pasa la capacidad de asombro. Lo grave es que esta nueva ola de irregularidades puede quedar impune y en el olvido.
El párroco de San Ignacio, padre David Hernánez (S. J.) lamentó el hecho y pidió que los responsables sean sancionados.
Otro tema preocupante es el relajamiento de la gente durante la cuarentena inteligente. Un gran sector de la población tiene su cuota de responsabilidad al no cumplir con las disposiciones básicas, como el lavado de las manos; distanciamiento social y el uso de tapabocas.
La pandemia obliga a cambiar de hábitos sobre todo para prevenir el contagio y evitar un colapso del sistema de salud. También esperemos que la Fiscalía y el Ministerio de Salud Publica también esclarezcan las sospechas y sancione conforme a las leyes a los responsables de las compras amañadas.