Corea del Norte endurece su postura ante el Sur
Corea del Norte anunció ayer que cortará sus canales de comunicación política y militar con el “enemigo” surcoreano, retomando su estrategia de presión con un tono de confrontación, que los analistas consideran tiene como objetivo final extender su discurso “duro” a EE.UU.
SEÚL (EFE, AFP). El Norte anunció a primera hora su intención de dejar de mantener contacto telefónico diario con el Gobierno de Seúl en un comunicado publicado por la agencia estatal de noticias KCNA.
Pocas horas después, y como venía siendo habitual en los últimos dos años, el Gobierno sureño realizó una llamada matinal a través de la línea directa establecida en abril de 2018 entre la oficina presidencial en Seúl y la Comisión de Asuntos de Estado en Pionyang, pero esta vez no hubo respuesta.
Aunque el régimen tampoco respondió ninguna de las llamadas posteriores realizadas a través de las decenas de líneas de comunicación, principalmente militar, que comparten las dos Coreas, resultó especialmente simbólico que nadie contestara ese “teléfono rojo” instalado entre las altas instancias de ambas capitales.
El establecimiento de aquella línea en vísperas la cumbre que mantuvieron en la primavera de 2018 el líder norteño, Kim Jong-un, y el presidente del Sur, Moon Jae-in, brindaba entonces cierta esperanza para el futuro de las relaciones Norte-Sur.
Sin embargo, a lo largo del último año Pionyang ha ido quemando uno a uno todos los puentes tendidos con Seúl, como ya ha hecho otras veces, con aparente objeto de buscar concesiones en cuanto sanciones económicas o algún gesto desde Washington.
Varios expertos estiman que esta última iniciativa ilustra la estrategia de Pyongyang de aumentar la presión sobre su vecino del sur.
Desde los disparos en la Zona Desmilitarizada (en la frontera entre ambos) –que el Sur insiste en calificar de accidentales–, el Norte ha “intentado crear turbulencias con una pequeña provocación”, señala Shin Beom-chul, del Instituto de Investigación coreano para la Seguridad Nacional.
“Intenta sacudir la política de Corea del Sur hacia el Norte”, agregó. “Con Kim Yo Jong maniobrando, este no será un hecho aislado”. “Comienzan con Corea del Sur y luego extenderán la línea dura a Estados Unidos”.
Las dos Coreas siguen técnicamente en guerra desde el armisticio de 1953, que supuso un algo al fuego, pero no un tratado de paz.