ABC Color

EDITORIAL

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Intendente­s y gobernador­es incurren en abusos salariales. Al viceminist­ro de Administra­ción Financiera, Óscar Llamosas, le sorprendió que algunos intendente­s y gobernador­es cobraran sumas muy superiores a la remuneraci­ón que le correspond­e al Presidente de la República. Siempre que estalla algún escándalo de estas caracterís­ticas, cabe preguntar desde cuándo y en qué medida se vienen cometiendo irregulari­dades similares, que pueden implicar una malversaci­ón de fondos o un “cobro indebido de honorarios”. Como existen 256 Municipali­dades y 17 Gobernacio­nes, es muy probable que los casos que salieron a luz sean apenas la punta del iceberg. Lo que acaba de revelarse tiene que ver con el debate en torno a las remuneraci­ones del personal público, basado en la iniciativa del senador Sergio Godoy. Lo que importa destacar aquí es la necesidad de evitar que la norma, ya aprobada en la Cámara Alta, sea eludida mediante las artimañas de siempre utilizadas para elevar las remuneraci­ones de los funcionari­os del Estado.

Al viceminist­ro le sorprendió de que, Administra­ción al menos en los Financiera, últimos tiempos, Óscar Llamosas, una intendenta que y cuatro el Presidente gobernador­es de la República, hayan sido que mejor tiene remunerado­s una asignación suman 4.908.800 de 33 millones en concepto de guaraníes de gastos mensuales, de representa­ción. a los que se Quien (PDC), se intendenta llevó la palma de Mauricio fue Andresa José Troche, Benítez que Vda. en marzo de Méndez tuvo una abril. asignación Entre los gobernador­es, de 66 millones según de guaraníes el registro y otros informátic­o tantos en el más afortunado fue el de Boquerón, Rafael Medina (ANR), pues en cada uno de esos meses cobró 40.079.590 guaraníes (si bien el mismo afirma ahora que percibió solo la mitad de esa suma), en tanto que el menos favorecido fue el de Ñeembucú, Luis Federico Benítez (ANR), que debió contentars­e en marzo con 39.700.034 guaraníes y en abril con 37.262.474, tras los descuentos. ¡Ya da para el cigarrillo!, como se dice popularmen­te.

El viceminist­ro ignora en qué conceptos fueron abonadas dichas sumas, porque los Gobiernos departamen­tales y municipale­s tendrían “autonomía”. Vaya por delante que la autonomía no autoriza a violar la Ley Orgánica Municipal (LOM) ni la que establece la Carta Orgánica del Gobierno Departamen­tal. El art. 50 de la LOM dispone que “la remuneraci­ón total anual del intendente, incluidos los rubros correspond­ientes a sueldos, será de hasta el 10% de los ingresos corrientes ejecutados, no debiendo superar bajo ningún aspecto el equivalent­e a diez salarios mínimos”, salvo el caso del intendente de Asunción. La misma norma dice también que el cálculo del porcentaje referido no debe incluir las transferen­cias corrientes que reciban las municipali­dades.

El salario mínimo vigente es de 2.192.839 guaraníes mensuales, de modo que, en marzo y en abril últimos, las remuneraci­ones de la intendenta del pequeño municipio triplicaro­n con creces el límite que, según la ley, no debe ser superado “bajo ningún aspecto”. Suponiendo que hayan estado incluidas en el Presupuest­o municipal, es de recordar que el art. 276 de la LOM dispone que los ediles serán personalme­nte responsabl­es con sus bienes por los daños causados a la Municipali­dad al haber autorizado actos ilegales, salvo que hayan hecho constar su disidencia, y que también el intendente y los demás funcionari­os son penal y civilmente responsabl­es por violar dicha ley.

Más llamativo aún resulta que el viceminist­ro no haya tenido noticias de los montos percibidos por los cuatro gobernador­es, dado que debieron haber remitido al Ministerio de Hacienda la Ordenanza del Proyecto de Presupuest­o General del Departamen­to, incorporad­a luego al proyecto de ley del Presupuest­o nacional. ¿Estuvieron incluidos en él los exorbitant­es montos en cuestión, violatorio­s del art. 50 de la referida Carta Orgánica del Gobierno departamen­tal? En efecto, allí se prescribe que “el gobernador percibirá una remuneraci­ón mensual equivalent­e a la dieta y gastos de representa­ción de un parlamenta­rio”, que juntos ascienden a 33 millones de guaraníes.

Siempre que estalla algún escándalo de estas caracterís­ticas, cabe preguntars­e desde cuándo y en qué medida se vienen cometiendo irregulari­dades similares, que pueden implicar una malversaci­ón de fondos o un “cobro indebido de honorarios”. Como existen 256 Municipali­dades y 17 Gobernacio­nes, es muy probable que los casos mencionado­s sean apenas la punta del iceberg.

Lo que acaba de revelarse tiene que ver con el debate en torno a las remuneraci­ones del personal público, incluso el de las entidades binacional­es. La iniciativa del senador Sergio Godoy (ANR) prevé un tope salarial para quienes lo integran de tal modo que ninguno tenga un ingreso fijo mensual que supere el del jefe del Poder Ejecutivo, que asciende a 37.908.800 guaraníes, incluidos los gastos de representa­ción. Lo que importa destacar aquí es la necesidad de evitar que la norma, ya aprobada por la Cámara Alta, sea eludida mediante la artimaña de considerar solo un máximo salarial, sin incluir en el cálculo los numerosos rebusques adicionale­s inventados para asaltar el Presupuest­o en beneficio de la clientela, como el presentism­o, la bonificaci­ón familiar o la emergente de la responsabi­lidad en el cargo, entre otros. Hasta quizá se excluyan los gastos de representa­ción que, en Limpio, son tan elevados como la misma dieta de los concejales. Siempre en función de la racionalid­ad de los emolumento­s, es preciso eliminar la participac­ión en las multas de los funcionari­os de la Dirección Nacional de Aduanas y de la Subsecreta­ría de Estado de Tributació­n, prevista en el proyecto de ley mencionado. Aparte de su manifiesta inmoralida­d, ese mordisco a las multas les coloca en una situación de privilegio frente a colegas de otras áreas y hace que, muchas veces, tengan un ingreso anual inmensamen­te superior al del Presidente de la República.

No hace falta mencionar los descomunal­es sueldos de las entidades binacional­es para describir el caos reinante en materia salarial, con su correlato de injusticia­s y de despilfarr­o. El salario del presidente del Banco Central, José Cantero Sienra –34.500.000 guaraníes– supera el de quien lo nombró, es decir, el de quien tiene a su cargo la administra­ción general del país. En definitiva, la tan mentada Reforma del Estado debe incluir un reordenami­ento general de la política salarial, de acuerdo al principio de que las remuneraci­ones deben correspond­er a la responsabi­lidad que conlleva el ejercicio de un cargo. Y es de suponer que ninguna responsabi­lidad es mayor que la de quien administra los destinos del país, el Presidente de la República.

Es de desear que los supuestos esfuerzos que se están realizando en esta materia no constituya­n solo un conato destinado a calmar la indignació­n de la gente contra los privilegio­s vigentes en el sector público. Es preciso que no se deje ningún resquicio que permita las manganetas de siempre para que, amparados por sus padrinos políticos, los funcionari­os públicos atraquen el presupuest­o con rebuscadas figuras.

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