El futbolista que entrena tres hijas
Jacinto Zorrilla, futbolista y director técnico, enfrentó también el desafío de criar solo –con apoyo de sus propios padres–, a dos hijas, de 10 y 8 años, cuando su señora viajó a España a trabajar. Ya grandes las niñas, el deportista conoció a su actual pareja, con la que ve crecer ahora a su tercera pequeña.
Pamela (25), Laura (23) y Raisa (8) son las hijas de Zorrilla. Luego de ayudar a su papá, don Gumercindo, en su trabajo de vendedor ambulante y pintor, Jacinto se dedicó a lo que amaba entonces, el fútbol. Muy buen central, jugó en varios clubes, como Cerro Porteño, Nacional y Rubio Ñu, y también en Guatemala. Más tarde se centró en sus estudios como técnico. Pero a la par, entrenó para la vida a sus hijas.
Siendo aún jugador profesional, con unos 30 años de edad, su pareja viajó a España para trabajar y él se quedó al cuidado de las dos hijas. Con el apoyo de don Gumercindo y la abuela de las pequeñas, Celia, Jacinto enfrentó el desafío y logró formar a quienes son hoy dos mujeres profesionales. Cómo contarles lo que iba sucediendo, “asincerar se”, cómo prepararlas para lo que podrían enfrentar en la vida, fue el mayor desafío, cuenta Jacinto, quien decidió hablar siempre con ellas abierta y sinceramente. Pamela lo considera por eso su mejor amigo. A su vez, Jacinto honra hoy a su papá, Gumercindo (ya fallecido), quien lo educó, lo apoyó en el fútbol y también cuando debió enfrentar el desafío de formar a sus niñas.