Justicia simulada
Platon decía que “la peor forma de injusticia es la justicia simulada”, una frase muy acorde a los tiempos que se viven en nuestro país en la actualidad. Que la justicia sea complaciente con políticos o autoridades de turno, penosamente, ya no es una novedad. Pero, que encima se convierta en cómplice ya sea por acción u omisión de delincuentes comunes peligrosos, ya sobrepasa los niveles de tolerancia. Según vox populi, en Caacupé opera una rosca manejada por un grupo de abogados particulares, que no aplican en absoluto el código de ética. De acuerdo a las informaciones, éstos letrados, trabajan con fiscales y jueces, gracias a un “aceitado” mecanismo, que le brinda protección y apoyo a conocidos delincuentes reincidentes. El aval y padrinazgo de algunos políticos y congresistas de dudosa reputación del tercer departamento también permiten que la rosca opere con total libertad, según nuestras fuentes. Es por ello que los zares del microtráfico y los protagonistas de asaltos y robos gozan de la más absoluta impunidad. Mientras el pueblo es víctima de constantes atracos, hurtos y la cantidad de adictos va en aumento. Varios son los ejemplos que se tienen sobre este tema, tales como los allanamientos infructuosos, en los que en el último minuto logran huir los sindicados como responsables de una conocida red de distribución de drogas de la zona. O la liberación de conocidos atracadores por jueces venales durante un proceso judicial y en algunos casos hasta logrando ser absueltos de culpa y pena por “dudas razonables” de los magistrados de sentencia. Eso sin mencionar las salidas procesales concedidas por fiscales complacientes. Personas con una gran cantidad de antecedentes y peligrosas para la sociedad gozan de prisión domiciliaria o ambulatoria, mientras víctimas y testigos son amenazados y viven en constante temor por sus vidas y la vida de sus respectivos familiares. Los hechos mencionados hacen que la ciudadanía pierda la confianza en el Ministerio Público que está para proteger a la sociedad, y en el Poder Judicial que tiene la responsabilidad de impartir justicia. “Los pueblos a quienes no se hace justicia se la toman por sí mismos más tarde o más pronto” (Voltaire).