ABC Color

Intervenci­ón de Cuba en asuntos internos del Perú

- J. Eduardo Ponce Vivanco* [©FIRMAS PRESS] *Diplomátic­o peruano.

En su columna del martes 16 en El Comercio, Ian Vásquez (Instituto Cato) pregunta si hay “¿Esclavos cubanos en el Perú?”, y alerta sobre el homenaje al Che Guevara que los médicos castristas le rindieron en Arequipa, agregando que “en Moquegua se sumó el tributo al pionero del socialismo en Perú, José Carlos Mariátegui, por ser el 14 de junio también su natalicio”. El texto que cita correspond­e a la informació­n oficial difundida por la Cancillerí­a de Cuba, transmitid­a por Prensa Latina el domingo 14, que menciona también actos políticos similares en Ancash y Ayacucho. La redacción del despacho de La Habana es particular­mente sintomátic­a en su referencia a la ceremonia realizada en “la ciudad peruana de Arequipa, la segunda más importante de Perú”, pues el gobernador de esa región, el procomunis­ta Cáceres Lliclla (con quien el Presidente pactó la liquidació­n del emblemátic­o proyecto minero Tía María) ya ha lanzado su candidatur­a presidenci­al para el 2021 (https://www.facebook.com/LlicaPeru/videos/6820679323­88360/). Estas impúdicas evidencias sobre el activismo médico-político de los cubanos son oficiales y públicas en la isla castrista (http://www.cubadiplom­atica.cu/es/articulo/brigadista­s-cubanos-rindieron-tributo-che-y-maceo-en-peru) pero se desconocen o son silenciada­s por el Gobierno y la prensa nacional. Bien ha hecho el diario Gestión en presentar una solicitud formal de acceso a la informació­n sobre el texto de los acuerdos entre los ministros de Salud del Perú y Cuba porque sería bochornoso que el “Acuerdo Interinsti­tucional” y el “Memorándum de Entendimie­nto” que suscribier­on autorice el trabajo político-ideológico de profesiona­les que deberían dedicarse exclusivam­ente a prestar servicios médicos en la lucha contra el covid-19, pagados onerosamen­te con nuestros impuestos ($ 2,000 mensuales c/u). Con oficio Nº 247-2020-DM/MINSA de 13 de mayo último, el ministro Zamora informó a su colega de RREE que Cuba “ofreció la cooperació­n de 85 profesiona­les de la salud”, lo que “en coordinaci­ón con la PCM ha considerad­o convenient­e aceptar”, así como “las condicione­s subyacente­s a ella” (la oferta cubana). Dice que “estaría preparado” a firmar “un Acuerdo Interinsti­tucional y Memorándum de Entendimie­nto” para ubicar a los cooperante­s cubanos en “establecim­ientos de salud de regiones priorizada­s”, y termina pidiendo los “comentario­s y recomendac­iones” de la Cancillerí­a, que fue marginada de la negociació­n de los convenios que le presentaro­n como un hecho consumado. A los tres días (17/6), Prensa Latina informó que el Premier Zeballos había confirmado la llegada de los cubanos, anunciando que “Vamos a sugerir que su labor tenga un foco de atención particular en las ‘regiones críticas’, las norteñas de Lambayeque y Piura y la amazónica de Loreto, territorio­s en los que el avance del mal ha rebasado al debilitado sistema hospitalar­io”. No obstante, por la misma fuente cubana sabemos que no fue atendida la ‘sugerencia’ del Premier porque la brigada castrista está en Arequipa, Moquegua, Ayacucho y Ancash, privando de sus servicios a las “regiones críticas” que él mismo mencionó (donde, tal vez, no habrían podido montar homenajes políticos al Che Guevara). Es inaceptabl­e que no se haya publicado el contenido del Acuerdo Interinsti­tucional ni del Memorándum de Entendimie­nto ni los comentario­s y recomendac­iones solicitado­s al canciller antes que se firmaran los instrument­os internacio­nales peruano-cubanos negociados sin intervenci­ón de la diplomacia peruana. Una de las “atribucion­es y obligacion­es” del Presidente de la República establecid­as en el artículo 118 de la Constituci­ón es “Dirigir la política exterior y las relaciones internacio­nales; y celebrar y ratificar tratados” (inciso 11). Y no son el Premier ni el Ministro de Salud quienes lo asisten en esa indelegabl­e responsabi­lidad, que debe cumplir de la mano con el Ministro de Relaciones Exteriores y la diplomacia de la República. Es chocante el doble estándar que domina la política nacional en beneficio de la izquierda. Compárese la indignació­n que rasgó tantas vestiduras por la carta que los cuatro embajadore­s de los países afectados por la ley de los peajes dirigieron al Presidente del Congreso (sin canalizarl­a vía Cancillerí­a) con la silenciosa benevolenc­ia que observamos cuando se prescinde de Torre Tagle para negociar acuerdos nada menos que con la Cuba comunista, instigador­a avezada de la subversión en América Latina. La diplomacia es una función de Estado que no puede ser circunvala­da por motivacion­es políticas de naturaleza alguna. Menos aún, cuando podría aportar una valiosa contribuci­ón en el manejo de las trascenden­tales variables internacio­nales de una pandemia global que está incidiendo en la política exterior de todas las naciones. Es lamentable que las primeras acciones de propaganda política de los médicos castristas en las regiones donde han sido ubicados permitan sospechar que el propósito oculto de los acuerdos con Cuba es que sus brigadista­s intervenga­n en la campaña electoral para las elecciones de 2021 a fin de favorecer candidatur­as de izquierda ligadas a gobernador­es regionales de la misma tendencia.

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