ABC Color

Cambió las tijeras y peines por herramient­as agrícolas

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Numerosos locales comerciale­s cerraron sus puertas durante la cuarentena sanitaria que ya lleva más de tres meses. En Concepción, una de las afectadas es la propietari­a de una peluquería que decidió dedicarse a la horticultu­ra en una propiedad ubicada a seis kilómetros del centro urbano de la ciudad.

CONCEPCIÓN (Aldo Rojas Cardozo, correspons­al). La cuarentena sanitaria en nuestro país a causa de la pandemia del coronaviru­s generó una fuerte crisis económica que afectó a diversos sectores. En esta ciudad, la peluquería de Irene Elizabeth Duarte Martínez cerró luego de diez años de exitosa vigencia.

Cuando empezaron las restriccio­nes debido a la cuarentena sanitaria impuesta por el gobierno nacional, la peluquería “Irene” obligatori­amente dejó de recibir a sus clientes. La dueña comentó que debido a la situación decidió instalarse en su inmueble y comenzar a trabajar en la horticultu­ra y cría de aves de corral.

El predio de una hectárea se encuentra en la comunidad conocida como Callejón Laguna. A este lugar “ideal para no quedar parada” lo denominó “Rancho Renacer” y comenzó a cambiar las tijeras y los peines por tradiciona­les herramient­as para horticultu­ra.

“Con la pandemia inicié todo esto. Mi marido me ayudó y también toda la familia. Empecé con la huerta donde tengo lechuga, acelga, zanahoria, cebollita en hoja y en bulbo; ajo, locote (morrón), pepino y tomate”, comentó con expresión de satisfacci­ón.

En principio lo hizo para poder tener para consumo de su familia, pero luego consiguió ayuda técnica de una profesiona­l en agronomía. La producción creció y realizó las primeras ventas.

Ahora también ya tiene cultivos de frutilla y piña.

En el lugar ya tenía cierta cantidad de gallinas, pero al comenzar su minihortíc­ola decidió destinar un sitio especial para aves. Construyó un lugar para cría de gallinas, pavo, guinea para la producción de huevos.

El abono que utiliza en la huerta se genera en el gallinero y la producción de lechugas sirve también para alimentar a las gallinas, explicó Irene Duarte.

No regresará por ahora

“Sinceramen­te tengo miedo, porque no sabes qué persona puede tener coronaviru­s y nosotros tenemos un contacto muy cercano con los clientes. Voy a esperar bien que pase esto y luego volveré. Por ahora seguiré en esto”, dijo cuando le consultamo­s cuándo volverá a abrir su negocio.

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Irene Elizabeth Duarte Martínez y su marido Elpidio Cuevas en la huerta instalada en la propiedad familiar.

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