La gente muere por falta de terapia e insumos médicos
Uno de los mayores problemas que enfrentó la administración de Julio Mazzoleni desde que asumió el cargo y que hasta la fecha sigue siendo su talón de Aquiles, es la incapacidad de gestión anticipada de las compras de insumos generales y medicamentos.
Desde su asunción se produjo un inminente desabastecimiento en todos los centros de salud del país, que con el tiempo se fue subsanando pero causó un gran estrés al sistema.
Le sigue el problema de compra de medicamentos para pacientes oncológicos que periódicamente deben peregrinar y realizar protestas para que se les provea, pero ante la falta de respuesta se ven obligados a interrumpir sus tratamientos que derivan en muertes.
A esto se suma la burocracia para reparar equipos vitales como tomógrafos y otros de alta complejidad, además de los operativos como ambulancias, que llevan días, meses y hasta años inhabilitados por falta de mantenimiento oportuno.
Déficit de camas UTI
El año pasado el Ministerio de Salud contaba con unas 300 camas de terapia intensiva en sus 34 hospitales. De las cuales 142 son para adultos, 56 para pediatría y 80 para neonatología, para todo el país, llegando apenas al 50% de lo que establecen las normas internacionales que exigen que el 10% de las camas hospitalarias sean de terapia intensiva.
Hoy el número de camas de terapia aumentó a 415 con el impulso de los fondos de emergencia por la pandemia del covid-19, sin embargo, sigue siendo insuficiente, especialmente porque estas camas se centralizan en el Área Metropolitana, dejando indefensas a importantes cabeceras departamentales, que siempre deben derivar a sus pacientes a hospitales de la capital o del Departamento Central, que mueren por el camino, o por falta de un lugar.
Recientemente falleció una mujer de 58 años de Alto Paraguay por falta de sala de terapia. En este departamento, como en otros, su hospital no cuenta con una sala de terapia, como tampoco equipos de respiradores esenciales en las urgencias.
Igualmente, existe otro problema grave, la falta de incentivos para mayor formación de profesionales médicos terapistas, ya que en los últimos años el interés en esta especialidad disminuyó bastante.
Salud pública “Tenemos una hoja de ruta y la pandemia no nos aparta de ella, por el contrario, nos refuerza en el compromiso asumido, nos obliga a acelerar tiempos y a buscar soluciones innovadoras, para cumplir con la promesa hecha”. Presidente Mario Abdo Benítez