Declaraciones destapadas
Por lo visto, ser fiscal o alto mando policial en zonas fronterizas conlleva no solo responsabilidades sino también numerosos beneficios económicos.
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Si no nos creen, hablen con Lorenzo Lezcano, que cuando asumió en la zona de Salto del Guairá tenía básicamente lo que llevaba puesto y nada más. En cinco años sus cuentas bancarias habían aumentado bastante.
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¿Será que la oferta que le hizo al suboficial Florentín para cargar él solo con la culpa del asesinato de Rodrigo Quintana tendrá algo que ver? *****
Otro al que le fue bien en la frontera fue a Críspulo Edith. Era jefe de comisaría en la zona de producción de ciertos cigarrillos y llegó a comandante.
***** Cuando lo pusieron al frente de la Policía ya tenía inmuebles y animales. Algo parecido a su amigo Francisco, el del combustible.
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Las vueltas de la vida. Diógenes Martínez era fiscal general cuando un tal Horacio consiguió su libertad. Años más tarde, él y sus hijos coparon varios ministerios.