Una fecha crucial para la libertad
El día de hoy se conmemora la Toma de la Bastilla, en 1789, el hecho símbolo de uno de los episodios más emblemáticos y relevantes en la historia de la humanidad, la Revolución Francesa.
Significó la reafirmación de las ideas liberales en contra de la omnipresencia estatal del Antiguo Régimen; la libertad del individuo, de la persona, frente a quienes detentan el poder.
El Humanismo y el Liberalismo, intrínsecamente enlazados, aportaron a la humanidad una visión absolutamente revolucionaria para lo que hasta entonces los hombres habían considerado el “orden normal” de las cosas en el gobierno de las sociedades.
El considerar que la sociedad humana estaba dividida en grupos de personas con distintos derechos y distintas atribuciones, según en el grupo social en el que nacieran, era la mentalidad extendida, no solo en Europa, donde se dio esta Revolución sino, en general, en todo el planeta.
La ideología liberal vino a sostener, en contra de esa mentalidad, que todos los seres humanos nacen iguales en derechos y obligaciones, sin importar su origen.
Esta concepción de las cosas, que hoy nos parece normal, representó toda una ruptura mental, hace tan solo un par de siglos y medio.
Las ideas liberales pergeñaron también acciones prácticas para la aplicación de tan revolucionarias ideas: la división del poder, para evitar los autoritarismos, lo que trajo la moderna democracia liberal; la importancia de la propiedad privada, un espacio donde cada ser humano puede actuar, sin dañar a un tercero obviamente, a su libre arbitrio, sin injerencia del poder gubernamental, que en las ideologías totalitarias es dueño de todo, no dejando ese espacio libre para las personas; la limitación de esa propiedad privada, como lo dijera el pensador francés Jean-Jacques Rousseau: la propiedad privada debe estar limitada a la capacidad de trabajarla o bien aprovecharla de su propietario.
Este cambio dramático en la concepción de las cosas sufrió vaivenes, avances y retrocesos; pero se ha ido consolidando en el mundo, a pesar del surgimiento de ideologías totalitarias (como el socialismo marxista o el nacionalsocialismo), y hasta nuestros días sufre embates de corrientes que reivindican un gran poder para el gobierno limitando la libertad de las personas.
Pero, a pesar de todo, las ideas de Libertad, Igualdad y Fraternidad se han afincado, llevando al mundo de hoy, aun con tantas dictaduras aún vigentes, al momento de mayores libertades que nunca hasta ahora había experimentado el hombre.