Hasta ahora importamos carne pero hay otros productos con mucho potencial que nos interesa también como la stevia, descubierta por Moisés Bertoni.
Martín Strub, embajador de Suiza, considera que el acuerdo Mercosur-Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), a punto de firmarse puede abrir el camino para potenciar el intercambio con su país, Noruega, Islandia y Liechtenstein. En esta entrevista, en coincidencia con el 729 aniversario de fundación de la Confederación Helvética, el diplomático describe su país, su rica historia, y nos recuerda que Paraguay puede beneficiarse de un convenio de asistencia judicial que persigue a los ladrones de guantes blancos en su país.
–¿De qué parte de Suiza?
–De Basilea.
–De la ciudad de Roger Federer...
–Sí, pero no juego tan bien al tenis como él (se ríe).
–Su profesión...
–Soy abogado y diplomático.
–Dicen que los suizos son los que más manejan idiomas...
–Bueno, alemán, francés, italiano, inglés como todos los diplomáticos. En Suiza tenemos de hecho cuatro idiomas nacionales. Los billetes están escritos en los cuatro idiomas: alemán, francés, italiano y romanche (lengua romance hablada por unas 60.000 personas en la región sureste fronteriza con Italia). Suiza limita con Francia, Alemania, Austria, Italia y Liechtenstein.
–Era un país camino entre los imperios...
–Es un país que está en el centro de Europa, en los Alpes. El cruce de los Alpes comunicaba a Alemania con Italia, con Francia. Es un punto estratégico. Hasta su fundación, el 1º de agosto de 1291, hace 729 años, Suiza estuvo dominada por los Absburgos (la dinastía que marcó la historia de Europa). Lo que hicieron los primeros tres cantones fue expulsarlos y crear una unión de defensa. Hoy tenemos 26 cantones que son como departamentos para ustedes. En esos 26 cantones se hablan cuatro idiomas.
–¿Cómo consiguieron ser neutrales de todos los conflictos?
–Suiza nunca fue un país potente, grande mucho menos. Tiene 41.000 km² de extensión y 8 millones de habitantes. Precisamente por su tamaño sus primeros líderes se dieron cuenta relativamente temprano de que el país no podía jugar un papel de superpotencia en Europa como los más grandes Francia o España. Por eso es que desde el 1500 declaró su neutralidad. Aprendimos a sobrevivir como país neutral. Tenemos un ejército bastante fuerte para proteger y defender las fronteras, pero no tomamos parte de ningún conflicto.
–Es famosa la guardia suiza en el Vaticano, esa de uniforme tan colorido que vemos en las ceremonias y en los viajes del Papa.
–Eso es algo también que nos hace volver al año 1500 y con “Il Sacco di Roma” (el saqueo de Roma por las tropas del emperador Carlos V) como hecho más resaltante (en 1527) cuando los suizos eran los guardias del Papa. Lo defendieron tan bien con bravura y coraje que el Papa decidió trabajar siempre con ellos. Eso se mantiene hasta hoy. Son los que velan la seguridad del Papa.
–¿Cómo les tocó la pandemia?
–El primer caso fue detectado el 25 de febrero. Hay poco más de 35.000 positivos, 31.000 recuperados, 1.980 fallecidos. El Gobierno prevé una contracción de la economía en un 6,2%, la más grave desde 1975.
–¿Cuáles son los planes de un embajador en tiempos de pandemia?
–En la primera semana de agosto solíamos celebrar nuestra fiesta nacional con el acompañamiento de autoridades, colegas diplomáticos, gente del mundo cultural. Este año no lo hacemos por supuesto y lo estamos posponiendo para finales del año.
–Suiza parece un país muy lejano para un país mediterráneo como el Paraguay. A veces, los políticos locales hablan de querer convertir el país en “la Suiza de América”.
–También somos mediterráneos. Estamos en el centro de Europa como ustedes en el centro de Sudamérica. Compartimos también casi el mismo número de habitantes. La diferencia es que Paraguay es más grande geográficamente y nosotros rodeados de montañas. Tal vez nos pueda unir más la asociación de libre comercio que se perfila entre el Mercosur y el EFTA, la Asociación de Libre Comercio de Europa que integran Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. Estamos muy cerca de la firma del acuerdo hacia fin de año, en paralelo con el acuerdo Mercosur-Unión Europea.
–¿Cuál sería la ventaja?
–El 95% de los productos del Mercosur van a tener libre acceso a nuestro mercado. Los productos industriales pueden ser importados con arancel cero. En cuanto a productos agrícolas hay ciertos plazos pero también gran parte de los productos agrícolas están sin arancel y en cuanto a carne hay una cuota. Ahí Paraguay puede incrementar sus exportaciones a Suiza. Abrirse al mundo, para Suiza es algo crucial. Paraguay también está muy interesado en abrir nuevos mercados y el nuestro es, seguro, un buen mercado para productos de Paraguay. Hasta ahora importamos carne pero hay otros productos con mucho potencial que nos interesa también como la stevia (ka’a he’ê) por ejemplo, descubierto por Moisés Bertoni y que lleva su nombre: “Stevia rebaudiana bertoni”.
–Bertoni (1857-1929), un suizo que recaló en estas tierras.
–El año pasado hicimos un evento, una revisión del libro “Vida y obra de Moisés Bertoni”. Una delegación de suizos visitó el museo (de Alto Paraná) y se conformó un hermanamiento con la ciudad de Presidente Franco donde vivió Bertoni.
–No solo Bertoni tuvo protagonismo en el Paraguay. Hay descendientes de suizos que llegaron a Presidente inclusive: Eduardo Schaerer, José Patricio Guggiari.
–Los suizos que vienen al Paraguay quedan impresionados por la historia que tiene su país, su hospitalidad y calidad para recibir a los migrantes. Como usted dijo, Paraguay tuvo presidentes de origen suizo, personas que han dejado huellas. Yo conocí Hohenau, una población de colonos. También estuve en Altos para una celebración del 1º de agosto. Cuando uno va al Museo Bertoni se puede dar cuenta del impresionante legado que dejó el científico. No fue el único pero es de lejos el más conocido.
–¿Cuántos tiene registrados su embajada?
–Hay 1.400 suizos, entre los cuales muchos con doble nacionalidad, o casados con paraguayas.
–¿Cuántos tratados tiene Suiza como el que está por concretarse con Mercosur?
–Suiza tiene tratados de libre comercio con 40 países o bloques. Si uno mira el mapa de América del Sur, solo falta Mercosur. Entonces, para no sufrir una discriminación en el mercado sería una gran ventaja para todos que entre en vigor este acuerdo.
–¿Por qué están separados de la Unión Europea?
–Estamos en Europa, pero no somos miembros de la Unión Europea por razones políticas. En Suiza tenemos una democracia directa y el pueblo suizo votó por el no a la anexión a la Unión Europea. Lo mismo pasa con los demás tres países.
–¿Siguen siendo secretas las cuentas bancarias en Suiza o eso es leyenda?
–Es leyenda. El famoso secreto bancario ya no existe. Suiza fue un paraíso fiscal como otros países pero eso es una historia del pasado. Suiza adhirió al standard de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) con sede en París. Se procedió a la restitución de activos en el caso (Vladimiro) Montesinos de Perú (exlugarteniente del que fuera presidente Alberto Fujimori). Lo mismo pasó en otros casos como los de Filipinas y Nigeria.
–Paraguay consiguió en los noventa develar algunas cuentas secretas de Stroessner, de exministros. ¿Se puede conocer hoy el movimiento bancario de funcionarios, de políticos?
–Es una cuestión de ver dónde están los fondos si es que existen y si tienen origen ilícito. Tenemos un tratado de asistencia judicial. Es un convenio que garantiza información financiera anual sobre ciudadanos de los países firmantes del acuerdo. Anteriormente Suiza no proporcionaba información bancaria o no la garantizaba. Los países solicitantes debían presentar las pruebas de evasión de las personas cuestionadas.
–¿Qué proyectos tiene en agenda su país con Paraguay?
–Hay uno pendiente que data de dos años atrás, un convenio de tráfico aéreo, que de firmarse va a intensificar nuestras relaciones.
–¿Qué enseñanzas puede transmitir un país pequeño pero rico de Europa?
–Somos un país chiquito con casi cero recursos naturales. Todo lo que es Suiza se debe al trabajo y al empeño. Lo que tiene como ventaja, comparado con otros países es que hay una muy buena educación y formación profesional. Es la clave. Tenemos gente calificada, trabajadora, acostumbrada a la precisión, a la puntualidad, persistente y con mucha ambición. Es la reputación suiza.
–¿Qué les resultó mejor para reducir la desigualdad: el régimen de izquierda o de derechas?
–Nada tiene que ver la ideología. Tiene que ver la libertad individual y las oportunidades para todos, que haya menos diferencias en la formación. Siempre habrá diferencias en los ingresos. El objetivo es reducir la brecha. Todo empieza con la formación. En Suiza, la educación es pública y accesible para todos por igual.